Tanto hombres como mujeres son parte activa de la fuerza laboral de nuestro país. El que ambos padres trabajen ha hecho en muchos casos que sean los abuelitos los que juegan el rol de cuidadores de los niños.

Es una bendición, tanto para padres como para niños, el que sean los abuelos los que busquen a los niños a la escuela, los cuiden y jueguen con ellos. En la etapa del desarrollo, de la adultez, cuando ya ha visto crecer a sus hijos, en algunos casos, a los abuelos se les responsabiliza casi de forma total en todo lo relacionado al cuidado de los nietos.

En lugar de tener la oportunidad de disfrutarlos, tienen que buscarlos todos los días a la escuela, estudiar con ellos, darles de comer y hasta entregarlos bañados a sus padres. Son los abuelos los que después de haber trabajado arduamente durante toda su vida, a quienes se les adjudica criar nuevamente, pero ahora con menos energía que en el pasado. El retirarse para descansar, pasear y practicar sus pasatiempos son cambiados por el corre y corre que conlleva la responsabilidad de un menor.

No conforme a esto, como todo abuelo que busca consentir a sus nietos sin dejar de corregirlos,  son regañados por sus hijos y se les reprocha si le dieron un dulce, si le pintaron los labios en un juego a la niña o si los sacaron de la casa sin decirles.

Hay hijos que piensan que es una obligación el que sus padres los ayuden con sus hijos y que debe ser según su forma de criar.

Muchos abuelos, por su parte, no se atreven a decir no, a poner pautas, abandonan sus actividades por “pena con los nenes” y por ese amor lleno de sabiduría, que los mueve a ver esa responsabilidad como la oportunidad de compartir con los nenes.

Es importante que se consideren ciertos puntos por ambas partes.

A los padres:

- La responsabilidad de la crianza de los niños es de los padres, los abuelos son apoyo.

A los abuelos:

-Aprenda a decir NO. Aunque es maravilloso compartir con los nietos, cuando no pueda hacerlo manifiéstelo de forma asertiva.

-Cuando la responsabilidad del abuelo es de criar, se pierde un poco esa magia y conexión maravillosa que trae el simple hecho de ser abuelo.

La presencia de los abuelos en la vida de los niños es inexplicablemente maravillosa y enriquecedora. Los recuerdos, las anécdotas, los abrazos y consejos de los abuelos son inolvidables.

Démosles a nuestros hijos y padres la oportunidad de disfrutarse unos a otros sin ataduras ni restricciones.

Para coordinar una cita con la Dra. Ingrid C. Marín Espiet, puede comunicarse al (787) 222-4999 o a su email: imarinespiet@gmail.com.