Los educamos bien, les repetimos hasta el cansancio cómo deben portarse cuando vamos a un sitio público, los regañamos para que no vuelvan a repetir esa grosería… pero estos traviesos y traviesas lo siguen haciendo.

No debes actuar como si fuera el fin del mundo, pero tampoco es bueno ignorar estas conductas. Lo mejor es explicarle al niño o niña por qué no es adecuado su comportamiento. Además, es importante también preguntarle por qué lo hace para evaluar si tiene hambre, sueño o está ansioso o ansionsa, entre otras posibilidades, aconsejan los expertos.

Aquí cinco de esas con conductas que nos sacan por el techo, y qué hacer.

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1. Tocarse los genitales en público. Entre los 3 y 5 años muchos niños suelen tomar esta costumbre.

Se ve tanto en niños como en niñas. Lo que sucede es que socialmente hay más tolerancia hacia que el varón se toque los genitales.

¿Qué hacer? Lleva al niño a un área más privada para indagar por qué se está tocando. Puede ser que esté explorando su cuerpo. También puede sentirse ansioso o nervioso y ésta sea una forma de tranquilizarse. Hay algunos que los hacen porque tienen sueño y, a veces, es una manera de comunicar que algo les molesta en la ropa interior o que tienen que ir al baño. En algunos casos en que manipularse los genitales se convierte en un patrón repetitivo en el niño o niña esto podría ser un indicador de maltrato.

2. Hurgarse la nariz. Este hábito común entre niños es también una fuente de contagio de catarro. Inicialmente se trata de un proceso exploratorio de su cuerpo. Además, soplarse la nariz es una destreza bastante difícil de aprender y, cuando sienten alguna incomodidad, los nenes usarán todo lo que tienen a su alcance para resolver el problema.

¿Qué hacer? Aunque sea un niño pequeño, de solo 2 o 3 años, podemos hacerles preguntas sencillas para entender si le molesta algo en la nariz o si lo hace para llamar la atención. Una vez hayas indagado, muéstrale maneras efectivas de eliminar la mucosidad de las fosas nasales.

3. Gritar ‘pipi’ y ‘caca’. El proceso de aprender a ir al baño es bien intenso para la mayoría de los niños. Nos pasamos el día entero hablándoles de si tienen que hacer caca o pipi, así que no podemos pretender que en público ellos no hablen también del pipi y la caca. Los nenes quieren gritar a los cuatro vientos que ya son grandes, que ellos ya entienden lo que pasa en su cuerpo. 

¿Qué hacer? No hay que regañarlos porque griten pipi, caca o se rían ante los ruiditos que hace su cuerpo. Por el contrario, tenemos que enseñarles maneras de verbalizar lo que les pasa. Podemos reconocer que ellos ya saben hacer pipi o caca y enseñarles que es más adecuado decir que necesitan ir al baño. Si les damos demasiada importancia a estos sucesos, los nenes pueden recurrir a esta práctica para llamar la atención.

4. Enseñar la comida de la boca. A veces lo hacen como una travesura y otras veces quieren enseñarte que ya son grandes. Si a los 10 años sigue enseñándote la comida, sabemos que está tratando de molestar o de llamar tu atención. Con nenes más pequeños, se trata más bien de demostrarte que ya pueden comer solitos.

¿Qué hacer? Ninguna conducta debe ser ignorada, pero hay varios niveles de atención que le puedes dar al niño. Así que, sin darle demasiado color al asunto, si el niño es grande, indícale que no lo haga, y si es chiquito, reconoce que ya puede comer solo. Es buena idea que le vayas modelando cómo comer con la boca cerrada y que vaya entendiendo la importancia de los buenos modales.

5. Escarbarse las uñas, chuparse el dedo y tocarse el pelo. Son comportamientos repetitivos y cíclicos. En ocasiones lo hacen para lidiar con situaciones que les causan ansiedad. En el caso del dedo y de hacerse rollitos en el pelo puede ser una costumbre adquirida para quedarse dormidos. El problema es que además de comprometer la higiene, estos hábitos pueden tener otras consecuencias; chuparse el dedo, por ejemplo, pudiera afectar la mordida del niño o la niña.

¿Qué hacer? Evalúa si es una muestra de ansiedad para que puedas ayudarlo a verbalizar lo que siente. A veces los nenes están absorbiendo situaciones bien tensas en la familia. Puede que no sepa cómo comunicar esa ansiedad y recurra a estos comportamientos para contrarrestar ese sentimiento. Ofrecerle algún objeto que pueda manipular con sus manos servirá de herramienta para liberar su ansiedad. De otra parte, está pendiente de lo que haces frente a tu niño, pues los nenes imitan lo que ven y a veces somos los adultos los que acostumbramos a hacernos rollitos en el pelo o hasta escarbarnos las uñas. 

(Fuente: Dra. Yarimar Rosa Rodríguez, psicóloga)