En las próximas semanas viviremos en familia uno de los momentos más soñados y esperados como padres: los hermosos 15 años de mi hija Valeria Ivanis. Cuando miro atrás, puedo ver claramente su nacimiento, aquel 14 de febrero de 2002. Revivo la indescriptible sensación de tenerla en mis brazos por primera vez, y así como salió de mi vientre, pegármela a la cara y darle besitos.

Ser madre es maravilloso. Es el evento más significativo que como mujer he tenido. Desarrollé la valentía que me ha hecho poderosa, para defenderla y cuidarla toda la vida y más allá.

No es solo que cumple sus 15, es cómo los ha vivido lo que nos lleva a celebrarlo en grande. Valeria Ivanis tiene sus valores bien definidos. Es cariñosa, amable, buena estudiante, buena hija y hermana, excelente amiga, de grandes sentimientos, inteligente, y muy responsable en todo lo que hace, respetuosa con quienes le rodean, y llena de mucha sensibilidad.

Cuando repaso los momentos difíciles como sociedad, disfrutar de todas las virtudes en la vida de un hijo es, sin duda, un gran motivo para celebrar y darle gracias al Creador.

Le pido a Dios que me de la salud para acompañarla en la ruta de la vida, siguiendo el buen camino siempre. Que viva haciendo el bien para ella y para los demás es mi gran satisfacción. Que sea alguien de provecho en la sociedad, que se le multiplique la capacidad de ayudar al País desde cualquier lugar donde se encuentre y que sea inmensamente feliz.

¿Qué pasará de aquí en adelante, Valeria? Pues, hija, ten bien claro que es momento de comenzar a concretar tus metas profesionales y personales, de buscar hacia dónde quieres ir y hasta dónde quieres llegar. Aunque para mí serás mi eterna bebé, admito que estás creciendo y que pronto tendrás que salir de debajo de mi ala para buscar tu norte. Tendrás que ser valiente sin olvidar tu sensibilidad. Te caerás mil veces y te levantarás muchas más. Nada es más fuerte que tu voluntad.

En el amor, descubrirás muchas cosas; recuerda que todo llega a su tiempo. Vive dispuesta a amar al máximo y, junto al amor, busca el respeto y la lealtad. Eres nuestra princesa, criada entre mucho amor y educada con los más grandes valores. Solo esperamos, tu padre y yo, que a tu vida lleguen grandes y buenas cosas que te hagan sentir plena. Recuerda que detrás de ti viene Valentina Ivanis, tu hermana, quien está aprendiendo con la misma maleta de educación y valores tuyos.

A ti, mujer, que eres madre y me lees, no pierdas un minuto de tu vida sin decirle a tus hijos cuanto los amas y significan para ti. Ellos son nuestra mayor razón para vivir y los creadores de nuestras alegrías. Educarlos con valores nos da la satisfacción de dejar un gran legado en la vida.

Valeria, ¡Te amo! Mami