¿Cuándo es demasiado tarde para cambiar de profesión? ¿Cuándo alguien es demasiado grande para comenzar a dedicarse a algo nuevo? ¿Cuándo un cuerpo deja de ser parámetro de belleza aspiracional? 

La respuesta cada vez parece estar más lejos de cualquier posible “fecha de vencimiento”. Y si no, habría que ver el caso de Helena Norowicz. Cuando estaba en el ocaso de su carrera como actriz decidió volver a empezar y se lanzó nada menos que al competitivo mundo del modelaje. Hoy esta polaca de 84 años es una flamante modelo que cada día se cotiza mejor.

La suya es una historia de superación y también ella la considera un ejemplo de visibilización de los adultos mayores que, en la mayoría de los casos, quedan fuera del mercado laboral a partir de los 60. Sobre todo las mujeres.

Helena, a su edad, no solo hace campañas publicitarias, sino que es modelo de pasarela, participó de videoclips musicales y fue portada de revistas como Elle y la edición polaca de Bazaar.

Todo comenzó cuando a los 80, aún trabajando como actriz -la profesión que había ejercido toda la vida-, la marca de ropa y accesorios polaca Bohoboco la nombró embajadora y la invitó a usar sus colecciones en eventos de la farándula.

Y si bien confiesa que le da cierto pudor enfrentarse a las cámaras a su edad, no deja de ganar visibilidad y elogios en las redes sociales. Incluso en una oportunidad posó semidesnuda para el lanzamiento de la línea de perfumes de Bohoboco.

Su caso es uno de los tantos que en los últimos años suavizó los rígidos estándares de belleza del mundo de la moda. Ella, junto a otras modelos como Iris Apfel, Carmen Dell’Oreffice y Daphne Selfe, entre otras, lucen con orgullo sus canas y son las protagonistas de un cambio de paradigma que nos acerca a una belleza más real e inclusiva.