La chispa entre ambos surgió hace 19 años. Desde entonces, el interés por la gastronomía, la costumbre de establecerse nuevas metas y el compromiso por ser un apoyo mutuo han abonado a mantener la flama encendida. 

El matrimonio compuesto por los chefs Ingrid Rodríguez Sierra y Gerardo Víctor Lugo Trías cuenta con casi dos años de lanzarse a la aventura de abrir un restaurante y trabajar en el mismo espacio en Pie Plano Cocina Fusión Local, en Cupey (San Juan). Pero en realidad, por más de una década su relación no solo se limitaba al entorno del hogar, sino también a diferentes ambientes laborales. 

“Llevamos mucho tiempo trabajando juntos, 12 años en los mismos trabajos. Éramos maestros de artes culinarias y ahí empezó la historia de trabajar juntos”, narró Ingrid, quien conoció a su esposo cuando estudiaba biología en Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). 

Sin embargo, mientras se fortalecía su relación con su pareja, también fue descubriendo su pasión por la cocina a nivel profesional, la que la llevó a renunciar a sus clases en el RUM, para iniciar estudios en artes culinarias. 

Su esposo recuerda con orgullo cuando en esos días, incluso, compartían el interés por participar de competencias en su área de especialidad. 

“Hemos tenido varios sueños. Uno de ellos, por lo menos el mío, fue pertenecer al Equipo Nacional Culinario de Puerto Rico. Lo logré y al otro año Ingrid entra también, y se hace la primera capitana del equipo, la primera mujer”, manifestó con una amplia sonrisa. 

La pareja natural de Ponce está de acuerdo en que la comunicación y el respeto son determinantes en el éxito de una relación. A esta reflexión, Gerardo añade la importancia de “entender la parte personal, a cuando es la parte de trabajo. Siempre en el área del trabajo nos tratamos como empleados. Al cerrar el negocio, nos amamos y nos queremos (ríen)”. 

Incluso, tienen presente que su tiempo libre no lo acaparen temas de conversación sobre el negocio. “A veces soy la que paro, yo soy la que digo ‘ya salimos de Pie Plano, se acabó’ ”. 

Los propietarios del restaurante, cuyo nombre y logo están inspirados en su hija Lyah Camila, de cuatro años, y quien al igual que su padre tiene el pie plano, entienden que existen más aspectos que los ha llevado a seguir siendo buenos compañeros y cómplices de sus intereses. 

El chef compartió que a nivel creativo “siempre tratamos de que en cada plato haya un poco de ella y un poco mío”, reveló.

 Como parte de la dinámica, la copropietaria admira que “en lo profesional él es bien creativo y conocedor de todos los temas de cocina”. A su vez, se complementan en sus funciones, porque “ella está más pendiente de los gastos y yo como que soy más alejado en eso. Ella tiene claridad en la toma de decisiones. Yo soy más futurista”, confesó Lugo Trías, quien reiteró que “hemos creado una energía familiar dentro del ambiente de negocios, y poder estar en un trabajo donde nuestra hija pueda estar siempre lo he visto superconveniente, que podamos pasar más tiempo juntos”.

De hecho, en este sentido, Ingrid compartió que “la cantidad de años de experiencia que tenemos, el conocimiento de tantos años, nos inspiró a soltar a los patronos y la costumbre de trabajar para otros y hacer nuestro propio sueño, realidad”. 

Su esposo compara que “no es la misma experiencia montar un restaurante con la inversión de otra persona, que montar un negocio con el dinero de uno. Es bien diferente”.

 Crecer a nivel profesional ha implicado retos que, en su mayoría, han enfrentado juntos. Por eso, además de deleitar el paladar buscan la manera de inspirar, razón por la que en una de sus paredes comparten mensajes motivacionales, muchos de los cuales son sugeridos por los propios comensales. 

Este Día de San Valentín, según adelantó la chef, ambos vislumbran “pasarlo trabajando”, realizando las funciones en la cocina que los han unidos por tantos años. Pero no dejarán de celebrar juntos con la clientela, para quienes diseñaron un menú especial para ser cómplices en su ilusión de pasar un día memorable. 

Un menú para enamorar

Para este Día de San Valentín la pareja preparó un menú especial con la oferta de Dos por $40, que consistirá en dos aperitivos o sopas, dos platos principales y un postre para compartir.

Aperitivo

Ensalada de pulpo supreme de mandarina, puré de calabaza y coco

Sopa

Crema de alcapurrias y carne / Foam latina  

Plato principal

Filete de mahi mahi con corteza de espinaca y feta / glaseado de miel / papas asadas al romero y salsa de vino tino

Medallones de filete de res gratinado de queso azul / demiglace de tamarino / risotto de azafrán

Postre para compartir

Soufflé de chocolate / fresas maceradas al brandy / Crema anglaise de jengibre