La Luna es un astro/ satélite que aunque no es un planeta, desde hace muchísimo tiempo se ha identificado como parte del sistema solar. Para nosotros los astrólogos forma parte de la estructura básica de la carta astral. Nos provee información muy particular acerca de la personalidad de una persona. En específico, nos dice cómo la persona cree que el mundo debería ser, su visión de mundo, de vida y su conceptualización del tiempo.

El agua es el elemento que rige este astro. La mayoría del planeta es solo agua; nuestro cuerpo también. El océano, los ríos, los lagos y todo lo que posee este elemento nos impregna con la energía de la dama de la noche. Su  energía nos toca a nosotros los humanos directamente así como a todo lo que conocemos. Somos agua. Somos Luna.

Como su travesía alrededor de la Tierra es corta (solo dura 28 días aproximadamente), su ciclo ha servido para marcar calendarios de siembra y de mareas, así como también para predecir nuestros estados anímicos.

Hoy día cada vez más y más personas se sienten conectadas con la energía lunar. Esto no es casualidad. La energía de la luna es una femenina, de cuidado, de nutrición, de intuición, de ternura, maternal, es dadora por excelencia. Curiosamente, todo este movimiento hacia el cambio de consciencia que el planeta Tierra está atravesando es eso mismo.

Estamos pasando de una mentalidad y unos paradigmas mayoritariamente masculinos a los femeninos. Por eso, ahora pedimos inclusión, ya no toleramos los abusos de las autoridades, cuidamos del ambiente, nos protegemos mutuamente, queremos más paz y menos guerra, queremos una vida en comunidad, buscamos una vida espiritual profunda, queremos estar más dentro de nosotros.

La Luna nos ayuda en este proceso de cambiar conciencia. Al tenerla más presente en nuestras vidas, su energía nos da ese gran regalo. Y, ¿cómo la tenemos más presente? ¡Fácil! Integrándola en nuestro diario vivir. Lo podemos hacer con lo siguiente:

1. Tomar conciencia del ciclo lunar. Celebrar la luna nueva, cuarto creciente, su llenura y la mengua.

2. Dejar fluir las emociones por tu cuerpo (sobretodo en luna llena).

3. Tomar mucha agua.

4. Llevar puesto algún accesorio metálico o plateado.

5. Poner un recipiente de cristal con agua en la mesa de noche para que la luna  revele mensajes a través de los sueños.

6. Utilizar el cuarzo "piedra de luna" o "moonstone" en inglés en espacios comunes para atraer su energía.

7. Hacer meditaciones con el color blanco, o con frecuencias que activen la pituitaria (esta es la parte del cuerpo que se asocia a la luna).

8. El lunes es el día de la Luna, por lo que todos los lunes podemos conectar con ella a través de un baño de tina, un chapuzón en la piscina, el mar o algún cuerpo de agua.

En fin, nos podemos poner creativos. Todo lo que tenga que ver con la Luna, el agua, lo intuitivo, lo místico, el lunes, lo blanco, lo plateado y demás podemos integrarlo para transportarnos a la energía de ese astro satélite de gran poder femenino. Mantener una conexión saludable con la luna nos permite estar en mejor manejo de nuestras emociones; saquemos el tiempo para estar conscientes. Les invito a seguir mis observaciones en torno a la luna en mis redes sociales @vroshk.