Vivir a prisa se ha convertido en un asunto cotidiano en los años recientes. El ajoro por cumplir con lo que tenemos programado cada día se convierte en prioridad, más allá de lo realista que pueda lucir la agenda.

En la dinámica, poco a poco se va convirtiendo en costumbre tolerar el estrés con todo y sus consecuencias. Aun cuando se habla sobre los estragos que puede hacer a la salud, no siempre prestamos atención.

“No todas las personas están conscientes de la cantidad de estrés que están sufriendo. Incluso, hay personas que sólo entienden las repercusiones de vivir en estrés cuando ya ha hecho estragos en nuestra salud y, en ocasiones, esos daños son irreversibles”, alerta la psicóloga clínica Sandra M. Aponte Félix.

Relacionadas

“Personas que poseen una buena introspección, es decir, que están en contacto con sus emociones y pensamientos, pueden identificar con mayor eficacia el estrés al que están sometidos”, observa. “Sin embargo, existen personas que, por no querer enfrentar el silencio interno, optan por llenarse de distracciones para no escuchar lo que nuestro interior o nuestro cuerpo, intentan decirnos. Sin embargo, deben asistir a su médico para descartar cualquier condición de salud antes de buscar ayuda de su psicólogo”, aconseja.

Cómo te afecta

La psicóloga clínica explica varias señales que indican que el estrés está teniendo repercusiones en tu salud.

1. Dolores sin razón física

Que te duela la cabeza, espalda, barriga, o cualquier otra parte del cuerpo donde no exista ningún diagnóstico de padecimiento o condición médica. Esto quiere decir que tu médico no encuentre explicación médica a dicho dolor.

2. Necesidad de movimiento continuo.

También conocidos como “tics” nerviosos. Es una persona que constantemente se está moviendo y no puede permanecer espacios de tiempo en tranquilidad y no ha sido diagnosticado con alguna condición que explique mejor su necesidad de movimiento. Ejemplos de esto son: comerse las uñas, morderse los labios o los cachetes por dentro o la lengua; arrancarse cabellos, pestañas o pelos de cualquier otra parte, arrancarse algunas partes del cuerpo constantemente, respiración irrumpida por exhalación sonora por las fosas nasales, etc.

3. Hablar sin parar

Continuamente hablan, sin permitir que otros lo hagan e, incluso, hablan solas. Típicamente, no pueden permanecer en silencio por más de un minuto.

4. Obsesión por la perfección

Es una forma de expresión que una persona que sufre de ansiedad pudiera utilizar. El desear controlar todos los sucesos, detalles, futuros eventos, personas, denota ansiedad y, peor todavía, genera más estrés. Esto es debido a que es imposible tener control de todo lo que nos rodea y, por lo tanto, aumenta la cantidad de estrés. Algunos estudios revelan que los niños, mientras más organizados y meticulosos con el orden, más ansiedad padecen.

5. Te paralizas

Estudios realizados por el Dr. Daniel G. Amen muestran que hay personas a las que mucho estrés les quita energía, se sienten que no pueden moverse o hacer ninguna actividad y optan por quedarse inertes, en reposo.

6. Falta de coherencia

Dificultad para pensar de forma coherente y lógica. El pensamiento se afecta y cuesta trabajo atender, concentrarse o entender. “Es por esta razón que muchos de los niños que no realizan trabajos escolares de forma adecuada, cuando logran sobrepasar o eliminar la fuente de estrés, pueden lograr ser exitosos posteriormente”, menciona Aponte Félix, y refiere el estudio realizado por Patricia Joseph-Bravo y Patricia de Gortari, Biotecnología.

7. Falta de saciedad

Pregúntate si la necesidad de comer realmente es por hambre. Indaga sobre otras necesidades fisiológicas que se presentan de forma continua y exagerada, tales como: la sed, la actividad sexual, la actividad física, el dormir, el control de esfínteres, etc. Por ejemplo, cuando nos levantamos con dolor de cabeza o de mandíbula, puede que estemos apretando los dientes a causa del estrés mientras dormimos.

8. Afecta el patrón de sueño

Te levantas cansado, lo que puede ocurrir porque la ansiedad puede interrumpir nuestro ciclo natural de sueño.

9. Excesos

Muchas personas utilizan los excesos del alcohol u otras sustancias para manejar un dolor emocional que pudiera estar tan reprimido que ni se recuerda.

10. Te haces daño

Hay personas que, mediante un patrón de autodestrucción se infligen dolor físico para silenciar el dolor emocional.

Manéjalo bien

La doctora Aponte Félix enumera formas para ayudar a sobrellevar el estrés o la ansiedad de manera provisional en lo que consultas con un profesional de la salud.

1. Respira profundo

La oxigenación asiste a la eliminación de toxinas que causan dolor físico y estrés. Inhala profundo por la nariz, sostenlo por unos segundos y luego exhala calmadamente por la boca. Repite el ejercicio de dos a tres veces, y luego descansa.

2. Realiza actividades al aire libre

Visita un lugar de tu agrado que te ponga en contacto con la naturaleza. Existen estudios realizados que establecen que esto puede ser de gran ayuda para manejar el estrés, destaca la psicóloga y hace mención del estudio J.A. Corraliza, S. Collado. Psicothema. También, a algunas personas, les ayuda el contacto con animales.

3. Ejercítate

Practica algún deporte o ejercicio. La actividad física trae excelentes beneficios para la salud física y mental.

4. Relájate

Aprende técnicas de relajación corporal. Existen personas que por el estilo de vida que llevan no saben cómo relajar el cuerpo. Estas técnicas permitirán entrenar el cuerpo para relajarse.

5. Distráete

Realiza algún pasatiempo que te conecte con tu niño o niña interior. Hay personas que disfrutan las bellas artes, las cuales calman y enaltecen del ser.

6. Ríete

La risa es la mejor cura para muchos males, aún físicos.

7. No te preocupes, ocúpate

No te anticipes al futuro, cuando llegue el momento de actuar para resolver algo que es doloroso o molestoso, lo harás o buscarás la solución para resolverlo en ese momento, no antes.

8. Perdona y perdónate

Los seres humanos cometemos errores. Lo importante es perdonar, pedir perdón y perdonarse a uno mismo e intentar no volver a fallar. Si la persona a la que has ofendido o lastimado, no te puede perdonar, ya no es tu problema. Cada día que nace es una nueva oportunidad y vale la pena intentarlo.

9. Mantén una buena actitud

Puedes lograr mucho si crees. Pensar de forma positiva ayuda a no estar imaginando todo lo malo que pudiera pasar y que de por sí aumenta el estrés.

10. Cultiva tu parte espiritual

“Los seres humanos nos componemos no sólo de la parte biológica, sino que somos personas racionales, que sentimos emociones, somos seres sociales y tenemos un componente espiritual”, enfatiza la psicóloga. Considera congregarte. Evalúa alguna filosofía religiosa que contribuya a tu paz interior.