Nuestro sistema inmunológico está diseñado para mantener los microorganismos infecciosos, como ciertos tipos de bacterias, los virus y los hongos, fuera del cuerpo. Y en caso que alguno burle sus defensas, también es su tarea destruirlo. Por ello es comprensible que esté compuesto por una red compleja y vital de células y órganos.

Sin embargo, existirán ocasiones en que las defensas estén bajas o en que tengamos una reacción alérgica que no podamos mantener a raya. Por eso es importante prevenir, cuidarnos y convertir a nuestra alimentación en la mejor heramienta para fortalecer nuestro organismo.

Aunque los expertos en nutrición, tanto en la medicina tradicional como natural, señalan que las necesidades de cada persona pueden variar, en general es ideal que en una dieta saludable y nutritiva incluyamos los siguientes alimentos:

1. Proteínas de origen vegetal, como el habichuelas, las lentejas y el gandul

2. Cereales integrales, como la avena o quinua 

3. Las verduras verdes y crudas, como los berros, la acelga o la espinaca

4. Granos germinados, como el trigo, el garbanzo o el frijolito chino

5. Semillas oleaginosas, como la linaza, el ajonjolí o las almendras

6. Raíces y tubérculos, como la papa, la batata o la yuca

7. Frutas, como la uva negra, bayas, piña o fresas

En este punto vayamos un paso más allá para conocer los tipos de alimentos que convienen según nuestro estilo de vida y nuestra edad:

A partir de los 6 meses

Es preferible continuar con la lactancia materna durante este periodo. Sin embargo, se debe complementar con el consumo de purés de papa, batata y espinaca, los cuales proveen de antioxidantes. Otro alimento ideal para esta etapa del niño es el hígado de pollo, el cual contiene hierro y ácido fólico.

Niños y adolescentes en etapa escolar

El desayuno es la comida más importante del día, por lo que se recomienda alimentos energéticos tales como la avena o quinua. También es importante incluir vitamina C en nuestra ración, la cual encontramos en las chinas, la piña y la fresa. Otros elementos claves son los lácteos y fermentados, tales como el yogurt, que contiene probióticos ideales para fortalecer el sistema inmunológico y, sobre todo, el aparato gastrointestinal.

Universitarios y adultos trabajadores

En esta etapa se necesita del aporte de fibra, vitaminas y antioxidantes. Algunas frutas como la manzana, mandarina, uva y bayas ofrecen dichas propiedades. También se puede optar por frutos secos de buena calidad, tales como el maní, pecanas, almendras, entre otros. Debemos elegir las grasas buenas, como las que aportan el aguacate, los pescados azules y el aceite de oliva. Por otro lado, la cúrcuma ayuda a mantener nuestras defensas en un nivel óptimo y funciona como un gran antiinflamatorio. Úsala en extractos, en los jugos o como aderezo en los guisos.

Mujeres embarazadas

Se recomienda incluir lácteos, ya que son fuente de proteínas de buena calidad y calcio. Además, apuesta por alimentos ricos en hierro como lo son el hígado y la espinaca. El aceite de oliva extra virgen, las semillas de girasol, las almendras, los pistachos y el aguacate también son ideales. Tampoco dejes de lado los alimentos ricos en ácido fólico, como las carnes y vísceras, pescados, yema de huevo y verduras de hojas verde oscuro.

Adultos mayores

Los alimentos que nos aportan calcio son los lácteos, el ajonjolí y las almendras. Aquellos que aportan vitamina D son el atún, el salmón, la sardina, la yema de huevo y las setas. Para mantener la hemoglobina en niveles normales y así evitar la anemia, son recomendables el hígado de res o de pollo y la carne magra de res.