Cuando planificamos un viaje, pensamos en el destino, los pasajes, el hotel, las excursiones y todo aquello que nos hará pasar unas vacaciones memorables. Esto sin pensar que algún imprevisto puede suceder y lo que sería un sueño cumplido se convierte en pesadilla. Así que es mejor prevenir que tener que lamentar. 

El mercado ofrece una extensa oferta de seguros para cubrir eventualidades como temas médicos, pérdidas de equipaje o asistencia legal, entre otros. Por ejemplo, estos pudieran cubrir: 

 Asistencia médica enfermedad o accidente: cubre el costo del tratamiento médico. 

 Compensación por cancelación de viaje: si el cliente por alguna situación médica (debe hospitalizarse) o fallecimiento o condición jurídica (citado a un juicio), emergencia (se le quemó la casa), tiene hasta 48 horas para avisar que no va a viajar. Aquí su aerolínea y los hoteles le devolverán una parte del dinero, y será el seguro el que cubre la diferencia. 

Regreso al país por una enfermedad grave o accidente o repatriación en caso de fallecimiento. 

Regreso anticipado por cualquier causa justificada como fallecimiento de familiar directo o emergencia grave, siniestro en el domicilio. 

Asistencia en caso de robo o pérdida de algo: maletas, documentos, celulares, etcétera. 

Las diversas compañías ofrecen seguros de distintos valores, dependiendo de la cantidad de días y los servicios que se requieran, siendo los más básicos los que cubren gastos médicos y accidentes. Pero existen aquellos que tienen garantía por la cancelación e interrupción de los vuelos, localización de equipajes, asistencia en caso de robos o extravío de documentos, reembolsos de gastos por vuelo demorado o cancelado, estadía de familiar en caso de enfermedad, repatriación y gastos funerarios, entre otros. 

Lo importante es llamar a tu aseguradora para que te oriente en cuanto a cubiertas y precios. No olvides que es mejor remediar que tener que lamentar.