De niño, Virgilio Vasallo iba casi todos los fines de semana a la playa con su padre o sus amigos. Recuerda que en esa época casi nadie hablaba de los bloqueadores solares.

Tanta exposición al sol tuvo consecuencias: le empezaron a salir pecas en el cuerpo, así que los doctores le recomendaron cuidarse de la radiación. Pero lo peor vendría muchos años después, en 2017, cuando ya tenía 58 años.

Todo inició con la aparición de un pequeño lunar en su espalda. Al principio, tenía el tamaño de una pequeña lenteja, por eso no le había prestado demasiada importancia. Sin embargo, poco a poco empezaron los dolores.

Se le hacía muy incómodo realizar sus actividades diarias, sobre todo cuando tenía que viajar en carro. Apoyar la espalda en un asiento era un martirio; de igual manera, lo era acostarse. 

En pocos meses, el lunar empezó a crecer hasta obtener el tamaño de una moneda de 10 centavos, le salieron gránulos negros encima, comenzó a sangrar y se intensificó el dolor.

Finalmente, en febrero de 2018 llegó el diagnóstico: melanoma nodular ulcerado, un tipo de cáncer agresivo que en muchos casos se extiende a otras partes del cuerpo. 

Felizmente, gracias a que el diagnóstico fue rápido, pudo operarse y responder de forma exitosa al tratamiento. 

Virgilio reconoce que, de no haberle hecho caso a su familia, él hubiera demorado mucho en ir a consulta y probablemente su cáncer habría avanzado tanto que su recuperación hubiera sido más complicada.

“Estuve así hasta que ya no aguanté el dolor. Mi esposa y mi hijo me llevaron al médico. Si no hubiera sido por ellos, no habría ido”.

Radiación solar 

El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en el mundo. Según datos de la Fundación de Cáncer de Piel, cada año se diagnostica más de 13 millones de casos en el mundo y más de 65,000 personas mueren debido a este mal.

Casi todos los tipos de este cáncer resultan de la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) presente principalmente en los rayos del sol, aunque cierta cantidad puede proceder de fuentes creadas por el hombre, tales como las camas bronceadoras. 

Varios tipos

“Existen diversos tipos de cáncer de piel; sin embargo, los más comunes son cáncer de piel de tipo no melanoma”, comenta el doctor Christian Loayza, oncólogo de cabeza y cuello de la Liga Contra el Cáncer.

No melanoma. 90% de los casos de cáncer de piel son de tipo no melanoma, de los cuales 80% se presenta en la cabeza y cuello. Tienen una probabilidad mucho menor de propagarse a otras partes del cuerpo y de representar una amenaza a la vida en comparación con los melanomas. Se presenta como lesiones a la piel, ya sea como quemaduras producidas por el sol, protuberancias o heridas que no cicatrizan. Es importante realizarse chequeos preventivos si se descubre este tipo de lesiones.

Melanoma. Neoplasia más agresiva y mortal; sin embargo, solo 10% de tipos de cáncer de piel son de este tipo. Los rayos UV son la causa principal para contraer la enfermedad, pues dañan el ADN de las células de la piel y pueden presentarse en el área de cabeza, cuello y principalmente en la mejilla. La aparición de manchas y lunares puede ser un signo de melanoma. Si no es tratada a tiempo puede hacer metástasis. 

Mes de concientización sobre el melanoma

Dayanara Torres reveló en febrero de este año que tiene cáncer en la piel. Hoy, en medio de su tratamiento, se convierte en portavoz de la campaña de concienciación. En sus redes sociales, Miss Universe 1993 ha publicado varios mensajes sobre el tema. “Mayo: Mes de concientización sobre el melanoma. Negro es el color de la cinta que representa el Melanoma Cancer, no lo escogí yo, ni tampoco me gusta, pero fue el que me tocó! Si notas un cambio en tu piel, un lunar nuevo de borde irregular, colores diferentes, crece, etc. Haz una cita con tu dermatólogo... Detección temprana es clave. Es hora de pensar en ti...”. 

La regla del ABCDE puede ayudarnos a conocer las señales.

Cada letra representa una advertencia:

 A. por asimetría: un lunar que no es igual de ambos lados.

B. por borde: un lunar con bordes que están poco definidos o son irregulares.

C. por color: cambios como oscurecimiento, pérdida o la apariencia de diferentes colores, como azul, rojo, blanco, rosado, púrpura o gris.

D. por diámetro: un lunar mayor de 6 milímetros.

E. por evolución: un lunar antiguo que empieza a presentar cambios.