Hace unos días estaba en la sala de mi casa hablando con mi esposo y le presté mi celular (iPhone) a  mi bebé de año y cuatro meses para que viera una película de Barbie. Me entretuve hablando con mi esposo unos segundos y al no escuchar el audio de la película, le pido el celular a la nena ya que ella usualmente toca el botón de home y se le va lo que está viendo y cómo no sabe todavía volver a ponerlo, me lo entrega para que la ayude. Cuando cogí el teléfono, me llevé una gran sorpresa: una foto de mis piernas en Instagram. 

Si estás pensando ¿cuál es el problema con una foto de unas piernas? Pues te explico, estaba en la comodidad de mi hogar, con unos pantalones cortos, de esos con lo que yo no me atrevo ni a asomarme a botar la basura. Y de repente, de no salir de mi casa para que nadie me viera en esas fachas, me encontré nada más y nada menos que ¡en Instagram! Me puse tan nerviosa que no encontraba cómo borrarla. Sentí la cara caliente. Fue demasiado fácil que tuviera acceso a esa aplicación, ya que el icono estaba en una esquina de la pantalla, justo donde queda uno de sus deditos cuando coge el teléfono.

Los celulares tienen algo que atrae a los niños de una manera única, pero en el caso de mis tres hijas es increíble, ¡son unas chicas geek! El problema es que soy reincidente. Cuando nació esa chiquitita, la de la foto en Instagram, las dos mayores fueron a verme al hospital y después de un rato, mi segunda hija me pidió el teléfono para jugar en una de sus aplicaciones para colorear. Accedí, sin embargo, parece que a ella le llamó la atención el icono de la aplicación Qik, con la que puedes grabar vídeos y hasta transmitir en vivo, sí, en vivo. Resulta que mientras yo estaba tratando de lactar a la bebé, que esos primeros días es algo complicado, mi chiquilla estaba transmitiendo EN VIVO mis intentos de lograr que la bebé se pegara bien para lactarla correctamente. Para mi gran suerte, sólo tomó los pies de la nena y un brazo mío, pero me llevé el susto de la vida, porque esa aplicación yo la tengo para cosas de trabajo.  

No puedo dejar de compartirles que también han enviado tweets como este: “ggghhhftt”

Pero ya aprendí, ahora a las tres les presto el celular pero en “airplane mode”.  

Cuéntame, ¿qué han hecho tus hijos con tu celular?

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