Ante la amenaza que representó el huracán Irma para Puerto Rico, los residentes de Hacienda Las Lomas fueron desalojados de sus viviendas para enfrentar el impacto del ciclón en una zona más segura.

Esto levanta nuevamente el dilema de por qué no se ha declarado zona de desastre una urbanización que, a todas luces, no es habitable y que cada día sigue mostrando peligrosos síntomas de que algo bajo el suelo no anda bien.

Ante la situación, los residentes no toleran más excusas y reclaman que sea el propio gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, quien se persone a la urbanización para que vea de cerca la realidad en la que viven y, que de una vez y por todas, declare el lugar zona de desastre.

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Mientras tanto, los vecinos realizan sus propias investigaciones del suelo que los “sostiene” para documentar que, contrario a lo que dicen los expertos contratados por el gobierno y la banca, el suelo continua con actividad que atenta contra la vida de alrededor de 60 familias que quedan en la urbanización.

En la última visita de representantes del gobierno a la zona afectada, vecinos reclamaron a varios funcionarios del gobierno respuestas, ya que las residencias, calles y alrededores siguen mostrando signos de deterioro, sin que se dé una acción concreta por parte del gobierno para sacarlos del peligro en el que se encuentran y exigen a gritos la presencia del Gobernador.

“Agradecemos todo lo que están tratando de hacer, pero lo que necesitamos es saber quién es la persona que tiene el poder de declararnos zona de desastre para que el banco haga lo que tiene que hacer. ¿Quién tiene la potestad de hacer eso? También me pregunto si esa persona está ciega porque esto se está derrumbando ante los ojos del País y están matando a todas estas personas lentamente por el daño emocional. La promesa del Gobernador no se ha cumplido, no ha venido, tal vez si viene se da cuenta de que esto está de madre aquí. Pero, si no viene y no ve, pues es como dice el refrán ‘ojos que no ve corazón que no siente’. Hay que hacer las cosas bien. ¿Cuánto cuesta firmar que esto es zona de desastre? ¿Por qué no se ha hecho? No necesitamos reuniones, necesitamos acción”, enfatizó Nelson Gerardino, portavoz de la comunidad.

Según los residentes, el gobierno no tiene el valor de velar por sus derechos y ponen los intereses de la banca sobre la seguridad de la comunidad, por lo que exigen acción del Ejecutivo en lo que catalogan como una “injusticia”.

Todo está “quieto”

Según el Ingeniero Víctor Gracias, basándose en la lectura de los infinómetros (aparatos insertados en distintos puntos de la urbanización que cuentan con varillas que miden los desplazamientos de suelos), no se ha evidenciado movimientos de terreno en la zona.

 “La Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias junto con la Autoridad de Carreteras ha seguido monitoreando la data científica de los infinómetros que fueron instalados en el 2016 y de otros que fueron instalados por los bancos. La última lectura fue el pasado mes de junio, pues aunque se hace mensualmente, tuvimos unos percances técnicos, pero ya estará completando la lectura más reciente. La lectura que tenemos es del mes de junio y podemos indicar que, según la data, el estatus es quieto, cuando hablamos de los suelos tenemos que hablar de una manera responsable, implica que no se han registrado movimientos que puedan generar desplazamientos grandes. Cabe mencionar que los suelos siempre están en movimientos naturales”, certificó el ingeniero.

Sin embargo, la versión del experto no coincide con la de los residentes, ya que más familias se quejan de que los daños cada vez son más evidentes, incluso en las casas donde no existía problema alguno.

“...Desde hacen tres meses hemos visto de todo. Tengo una grieta en el techo que mide de 9 a 10 pies, todos los gabinetes se me están despegando, la molleta de la ventana se rompió y la ventana cayó. La columna del frente se le cayó un pedazo grande y la marquesina se está abriendo”, dijo preocupada Jerliann Carillo, residente de la calle 7.

Igual de alarmada está Yadira León, quien confronta problemas similares.

“Hace tres o cuatro meses todo ha empeorado. Tengo la bañera despegada del piso, los gabinetes del baño y de la cocina están despegados, hay filtraciones en el techo, las paredes de mi cuarto, del closet de mis nenas, del pasillo y de la cocina están agrietadas. El suelo del patio estaba parejo y ya está inclinado. En la marquesina si llueve se nota lo inclinada que está porque el agua se posa de un lado. Incluso, la semana pasada escuchamos que la tierra bajaba de la montaña de atrás y, al día siguiente, de Manejo de Emergencias me confirmaron que sí había bajado tierra. Aquí el problema no es el derrumbe de la calle dos nada más, aquí toda la urbanización y la montaña de atrás un día de esto nos cae encima y mi casa es una de las primeras que quedará enterrada”, expresó Yadira León.

Investigan por temor

Estas situaciones y la falta de acción ha llevado a los vecinos a realizar sus propios estudios, recorridos e investigaciones para documentar los daños.

“He corrido la montaña completa, de arriba hasta abajo. He visto cambios drásticos en las carreteras desde hace algunos meses. En el cerro de arriba de la urbanización el terreno es blando completamente aunque no haya lluvia. Yo puedo enterrar mi pie en la tierra con facilidad porque hay cinco ojos de agua allá arriba. Se nota los deslizamientos de tierra. Nosotros hacemos estas averiguaciones para guardar evidencia y cualquier cosa que digan que no es cierto tener cómo refutarles porque sabemos que las cosas no están calmadas como dicen. Ahora estamos más preocupados con el paso del huracán, ya que el terreno está más saturado”, dijo Eleison Tirado, residente de la calle 4.

“Las calles están totalmente deterioradas, puedes ver parchos de cemento y piedra por todas las calles. Incluso hay alcantarillas que sobresalen de la carretera y que no permiten que un carro pase por encima, lo que muestra que se está hundiendo la calle”, explicó el portavoz, Nelson Gerardino mientras mostró la evidencia.

Una de las señales más alarmantes constatadas por los vecinos fueron las imágenes de las tuberías que corren debajo de la urbanización, las cuales están dobladas, evidencia de que el terreno si está cediendo peligrosamente y no solo en la zona del derrumbe.

Otra zona en peligro es la entrada de la urbanización, ya que según los residentes, el geólogo James Joyce de la UPR de Mayagüez, estuvo revisando el área y les explicó que, además del peligro inminente de derrumbe que hay en Hacienda Las Lomas, la entrada se puede ir abajo en cualquier momento.

Ahora los vecinos esperan porque, como les indicó en la reunión el subdirector de AEMEAD, Carlos Acevedo, lleguen los ingenieros estructurales para revisar una vez más la zona.

“Estaremos enviando ingenieros estructurales para hacer unas revisiones en las residencias y ver si así se puede decretar zona de desastre. Pero, hay que dejar claro una cosa, si se declara zona de desastre tienen que desalojar y el gobierno no se responsabiliza por los residentes. Ellos tendrán que buscar donde vivir en lo que resuelven el asunto con sus respectivos bancos”, estableció Carlos Acevedo.

Mientras, el alcalde de Ceiba, Ángelo Cruz, se une al reclamo de los residentes y le comunicó a Ricardo Rosselló que esperan su visita en Hacienda Las Lomas.

Nelson Gerardino (SUMINISTRADA)
Nelson Gerardino (SUMINISTRADA)
(SUMINISTRADA)
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