Querido papi Jesús y amada mami Zory, ¿quién diría que el pasado 21 de abril se cumplió un año entero de mi partida? Pero, en fin, ¡es que aquí, en el cielo, estoy tan bien! Desde aquí arriba los veo todo el tiempo y les tiro muchos miau-besitos. Ustedes los sienten como una suave brisa que toca sus mejillas, pero que no les queda la más mínima duda de que son muestras de mi afecto. Sé que aún están muy dolidos por no tenerme a su lado, pero agradezco mucho que, en memoria mía, hayan adoptado a otro animalito para hacerlo tan feliz como me hicieron a mí. Los amaré toda la vida, Pinty.