Como resultado de una instintiva acumulación de melanina, pigmento que produce la coloración, los gatos negros cargan hace décadas un estigma social que los etiqueta como portadores de mala suerte. Su pelaje oscuro es solo una característica genética, pero les ha creado mala fama. Y para contrarrestar esa percepción negativa, rompiendo miedos y mitos, cada 17 de agosto se celebra el Día de apreciación hacia los gatos negros.

El color negro se produce de forma natural en gatos, así como también en perros, debido al melanismo, que es básicamente lo opuesto al albinismo. Pero para los gatos, suertudos ellos que no se enteran, ha sido motivo de que a nivel colectivo se les muestre en ocasiones aprensión y prejuicio.

Los gatos negros son, por tradición, los del mal agüero. Respecto a ellos se ha dicho que debemos ahuyentarlos si queremos atraer la fortuna. Aún hoy, hay quienes cruzan de acera o dan tres pasos hacia atrás cuando se encuentran en su camino a uno de ellos.  

De igual forma, hay quienes afirman que la presencia de un gato a los pies de la cama de un enfermo es premonición de muerte. Y ni hablar si el encuentro con el animal ocurre un viernes 13 o un 31 de octubre. 

Por un lado, se cuenta que en la cultura egipcia los gatos negros eran bien vistos, pues se creía que Bast, una de las diosas egipcias, protegía su dominio con el favor de estos animales.  Entonces, se dice que sus seguidores adoptaban gatos negros en su honor con la esperanza de que esto les diera prosperidad. Y si alguien mataba un gato negro era considerado como un crimen capital.

Sin embargo, la mayoría de las notas históricas dan cuenta de versiones diametralmente opuestas. Una de ellas explica que la asociación entre gato negro y mala suerte procede de los años de la Inquisición, sobre todo entre los siglos 16 y 17. Para entonces, en Estados Unidos y Europa comenzó a desarrollarse la creencia, también el temor, en la magia y las brujas. Según la misma creencia, los gatos negros eran la reencarnación del diablo. 

De igual forma, en la tradición celta se creía que los gatos eran los mejores amigos de las brujas, especialmente los negros. Esto provocó que durante la edad media europea hicieran una persecución masiva hacia los gatos de pelaje negruzco. Se les asociaba con ritos paganos, al punto de que a sus dueños se les acusaba de practicar brujería. 

Luego, durante el periodo de las brujas de Salem,  en Estados Unidos se afianzó la creencia de que las brujas adoptaban la forma de gato negro para deambular por las calles durante las noches sin ser reconocidas.

Los años han pasado pero no por eso los felinos de dicho color gozan del todo de buena reputación. En Estados Unidos los gatos negros permanecen en los refugios un 24 por ciento más que sus pares de otros colores, según estadísticas publicadas en la revista digital Petsmania. Así mismo, expertos del portal digital Vet Street señalan que el 30% de los gatos sacrificados en los albergues son negros, toda vez que muy pocas personas quieren adoptarlos.

¿Tiene que ver el color de un gato con su carácter?

De acuerdo la Fundación Affinity, que hace casi tres décadas investiga y promueve los beneficios de los animales de compañía en la sociedad, la genética influye en el comportamiento de un animal. Plantean sus investigadores que los gatos que tienen el alelo non-agouti, que a menudo corresponde al pelaje de color negro, se muestran más tolerantes hacia la presencia de otros gatos. 

Irónicamente los hallazgos investigativos muestran que, en general, los gatos cuyos propietarios suelen describir como más agresivos han sido las hembras de dos o tres colores, los de pelo blanco y negro (sobre todo los machos) y los de pelo blanco y gris. Los gatos negros no revelan tendencias agresivas en la mayoría de las situaciones.

Dichas conclusiones están relacionadas con factores químicos. De un lado, la melanina, cuya cantidad determina el color del animal; del otro la dopamina, que actúa sobre el cerebro causando conductas activas y agresivas. Entonces, resulta que ambas sustancias compiten, de forma que cuando hay mucha melanina hay menos dopamina y viceversa. Eso explica entonces el que los gatos negros puedan ser mucho más tranquilos y amigables. 

Ante todo este panorama, Collen Paige, experta en comportamiento animal y estilos de vida, decretó en 2004 que los gatos negros tendrían una fecha simbólica para enaltecerlos y celebrarlos. Como parte de su convocatoria se invita a todos los dueños de un gato negro a que este próximo sábado se unan a la celebración compartiendo fotos de su consentido en las redes sociales usando el hashtag #BlackCatAppreciationDay.