El kilo cambió; ya no será así. ¿Qué significa el nuevo sistema de medición del peso? 

El gran ‘K’, ese prototipo que se utilizó durante 129 años para calcular el peso, pasó a la historia el viernes pasado (16 de noviembre). 

Básicamente, la comunidad científica estableció que el kilo ya no pesa un kilo y que dejará de ser definido por un objeto físico. Desde el próximo 20 de mayo del 2019, Día Mundial de la Metrología, esta unidad básica de mesa del Sistema Internacional de Unidades será reestablecida con una constante altamente precisa: la de Max Planck. 

¿Por qué se decidió el cambio después de más de un siglo? Durante la última década, investigadores científicos alertaron que el kilogramo original cambió: pesaba menos de un kilo. Sucedió porque notaron que aunque el prototipo de medición llamado ‘Gran Kilo’ (un cilindro compuesto por un 90% de platino y un 10% de iridio), y sus seis copias fueron fabricadas en la misma época y conservados en las mismas condiciones, la masa del primero varió respecto al resto con el paso del tiempo. En concreto, se redujo 50 microgramos, lo que equivale, por ejemplo, a un pequeño grano de arena. 

¿Esto afectaba tu vida en el día a día? No, era imperceptible en tu rutina diaria. Pero sí significó un problema para investigadores científicos, pues perdían precisión en varios campos. Uno de ellos es la medicina. Al no poder establecer un cálculo claro del peso, la administración de medicamentos alteraba su eficacia o, por otro lado, los análisis médicos no podían ser 100% rigurosos. 

¿Por qué se redujo? Pues bien, aunque el prototipo internacional se guardó bajo llave en la ciudad de Sévres (Francia) y estuvo protegido por tres campanas de cristal en una caja fuerte, es un objeto físico. En otras palabras, cambia y es susceptible al paso del tiempo. El cilindro se puede ensuciar con partículas de aire y pierde cantidades de material cuando se limpia. 

El Comité Internacional de Pesos y Medidas, conformado por miembros de 60 países, decidió que el nuevo peso del kilogramo se medirá con un tipo de imán en el que el campo magnético se genera mediante el flujo de corriente eléctrica. Esto se dispuso en concordancia con la constante del científico Max Planck, quien planteó que existe una relación directa entre el peso y la electricidad. La fuerza que genera un electroimán es proporcional a la corriente eléctrica que pasa por sus bobinas. Entonces, la forma en la que se puede calcular un kilogramo es midiendo la cantidad de electricidad que se necesita para rebatir o contrarrestar su fuerza. El instrumento que se usa para el cálculo es la balanza de Watt, un electroimán que permite que el objeto que se pese no se equilibre con otra masa, sino con una potencia electromagnética. 

El cambio no afectará tu vida cotidiana. Quienes los celebran son los cientos de investigadores a escala mundial. Esto porque medir de esta forma el peso exacto de un kilogramo no es vulnerable al paso del tiempo. Tampoco puede dañarse o perderse, como sucede con un objeto físico. 

Aunque no entiendas ni papa

El Comité también redifinió tres unidades básicas de medida: el amperio, el mol y el kelvin. 

El amperio, una unidad de corriente eléctrica, se conceptualizó hasta el pasado viernes por un experimento que vincula la fuerza entre dos cabellos indefinidos con la corriente que circula entre ellos. Ahora, será redefinido asignando un valor a la carga del electrón. 

El mol, que es una unidad de cantidad de materia, será reconceptualizado con la atribución de un valor a la constante de Avogadro (NA= 6,022 140 76 × 1023 mol-1). El mol, en la práctica, se establece a partir del conteo de la cantidad de átomos que viven en una esfera monocristalina de silicio. 

El kelvin, unidad de temperatura, ya no dependerá de las propiedades de un material, sino que será definido en función de la constante de Boltzmann. Esta relaciona directamente la temperatura absoluta con la energía.