MEXICO — La empresa Coca-Cola anunció el sábado que ha suspendido temporalmente sus actividades en la capital del sureño estado de Guerrero debido a los ataques contra sus trabajadores y vehículos.

Alma Beltrán, responsable de atención a medios de Coca-Cola FEMSA (filial de la gigante de bebidas gaseosas), explicó a The Associated Press que la decisión de paralizar el suministro en Chilpancingo es una medida temporal para garantizar "la seguridad de nuestros colaboradores" en la capital guerrerense, mientras se evalúa la viabilidad de las operaciones de la empresa en la zona.

Las protestas, que se llevan a cabo desde la desaparición de 43 estudiantes de magisterio en la ciudad de Iguala de ese estado en septiembre, han derivado en bloqueos de caminos y ataques a vehículos de particulares y compañías. Pero esta semana, la intensidad de las movilizaciones se incrementó cuando manifestantes retuvieron temporalmente a empleados de Coca-Cola en protesta por una denuncia de robo que presentó la empresa.

Lo ocurrido a la fabricante de gaseosas provocó el enojo del sector empresarial ya que, según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), desde la desaparición de los estudiantes, Coca-Cola les ha informado de la pérdida de 250 camiones debido a robo o ataques.

La cancelación de actividades de la compañía en Chilpancingo, aunque temporal, acarrea un nuevo problema a los comerciantes de esa ciudad.

"Se va a deteriorar más la economía que ya está muy baja", explicó Antonio Sánchez, dueño de una tienda local de ultramarinos que dijo respetar y comprender la decisión de la refresquera, pero pidió al gobierno que tome medidas para enfrentar la caída en los negocios desde la desaparición de los estudiantes.

Jaime Nava Romero, presidente de la Coparmex en Chilpancingo, se mostró el sábado muy contundente.

"No podemos permitir más actos de este tipo, es indignante (...) Si una empresa de este tamaño, con estándares de seguridad muy altos, está siendo vulnerada, entonces micro y pequeñas empresas estamos en riesgo", afirmó.

Nava Romero añadió que muchos negocios han cerrado por inseguridad y otros reportan grandes pérdidas, pero señaló que esa inseguridad no sólo procede del crimen organizado, sino de la "inestabilidad social, los movimientos sociales que con sus manifestaciones, con el cierre de las carreteras afectan los movimientos económicos de las empresas".

Por eso pidió al gobierno federal que "vertebre esfuerzos" con el estatal para restablecer el orden y el estado de derecho, mediante un "plan de mediación y de pacificación" con los manifestantes y que, después, lance una estrategia de reactivación económica a corto, medio y largo plazo.

Por su parte, Pioquinto Damian Huato, ex presidente de la Cámara Nacional de Comercio, subrayó que el origen de las peticiones de los manifestantes, que exigen justicia y el esclarecimiento del caso Iguala, es "noble" pero consideró que no deberían asumir "actitudes que puedan afectar el trabajo de muchas personas que sólo tienen su salario" para vivir.

La noticia de que Coca-Cola suspendía su distribución en Chilpancingo empezó a correr desde que los directivos del principal almacén de la ciudad colocaron una cartulina a la entrada del lugar en la que avisaban del cese temporal de operaciones debido a la inseguridad, según medios locales.

La retención temporal esta semana de dos empleados de Coca-Cola FEMSA en México no es el primer problema que enfrenta la compañía; debido a amenazas previas ya había cancelado actividades en una de sus plantas de distribución en el estado.

La empresa también ha informado de la quema de sus camiones en zonas que han sido escenario de enfrentamientos entre distintos grupos del crimen organizado.