CIUDAD DEL VATICANO.- La Iglesia católica en Texas anunció que está revisando las denuncias de que un vicario continuó escuchando las confesiones de una mujer casada después de atraerla a una relación sexual, un delito potencialmente grave bajo las leyes católicas.

La Arquidiócesis de Galveston-Houston, encabezada por el cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos, hizo el anuncio después de que la mujer rompiera años de silencio para denunciar el manejo de su caso en una investigación de The Associated Press esta semana.

La arquidiócesis ha defendido el manejo del caso por parte del cardenal DiNardo como algo rápido y justo, pero el viernes dijo que el tema de la confesión era un "nuevo aspecto" presentado por Laura Pontikes en un reportaje de la AP. Aseguró que el caso sería "revisado a fondo de acuerdo con la ley canónica".

La importancia del caso radica en que DiNardo encabeza la respuesta de la Iglesia católica estadounidense al escándalo de abusos sexuales por parte del clero, que volvió a estallar el año pasado. Como presidente de la conferencia, DiNardo encabezará una reunión de obispos norteamericanos la semana próxima para aprobar nuevas medidas a fin de hacer responsables a quienes cometan abusos.

Pontikes ha acusado al sacerdote Frank Rossi, exvicario de DiNardo, de explotar la dependencia emocional de ella hacia él para manipularla y conducirla hacia una relación sexual. Sostiene que esa explotación ocurrió en momentos en que él escuchaba las confesiones de ella, aconsejaba al esposo de ella sobre sus problemas matrimoniales y solicitaba cientos de miles de dólares en donaciones para la Iglesia.

La arquidiócesis retiró a Rossi de la parroquia de Houston, pero le permitió regresar al ministerio en otra diócesis después someterse a un tratamiento.

Pontikes protestó ante la arquidiócesis y acudió a la policía en agosto. Después de preguntas de la AP la semana pasada, el nuevo obispo de Rossi lo puso bajo licencia, a la espera del resultado de la investigación.

El abogado de Rossi sostiene que su cliente está cooperando con la investigación policial, pero se negó a hacer más declaraciones. La arquidiócesis también dice que está cooperando con la investigación, pero afirma que la relación fue consensuada y que no involucró relaciones sexuales. Pontikes afirma que sí.

En una declaración a la AP a finales del viernes, la arquidiócesis dijo que el cardenal DiNardo toma "muy en serio" los asuntos sobre cualquier forma de abuso y que en todo momento tuvo en mente el bienestar de Pontikes y su esposo.

Previamente, la arquidiócesis de Galveston-Houston que preside DiNardo acusó a la pareja de inventar declaraciones en un despacho de The Associated Press y de buscar un acuerdo fuera de tribunales a cambio de 10 millones de dólares.

El esposo, George Pontikes, presidente y director general de la empresa de construcciones Satterfield & Pontikes, con sede en Houston, dice que inicialmente buscaba recuperar más de dos millones de dólares en donaciones y dinero de una disputa comercial no relacionada con la Iglesia.

Sin embargo, dijo que desistió porque Laura Pontikes dejó en claro que ella quería principalmente que a Rossi no se le permitiera dar consejos a mujeres y que se tomaran medidas para prevenir que cometiera otros abusos.

La "absolución de un cómplice" durante una confesión, uno de los delitos más graves del derecho canónico, se produce cuando un sacerdote absuelve a alguien con quien ha cometido un pecado sexual. Debe ser reportado al Vaticano y puede acarrear la pena de excomunión.