El gobierno del presidente Donald Trump impuso el martes nuevas restricciones de viaje de ciudadanos estadounidenses a Cuba, entre ellas prohibir las escalas de cruceros y una muy utilizada forma de viaje educativo, en su intento de aislar aún más al gobierno comunista.

En una declaración, el Departamento del Tesoro precisó que Estados Unidos ya no permitirá los cruceros a Cuba ni los viajes grupales a la isla con fines educativos y culturales conocidos como "de pueblo a pueblo".

El secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, dijo que las medidas son una respuesta a lo que calificó como el "papel desestabilizador" de Cuba en América, como su apoyo al gobierno del presidente Nicolás Maduro en Venezuela.

"Cuba continúa desempeñando un papel desestabilizador en el Hemisferio Occidental, facilitando la influencia en la región, apoyando a adversarios de Estados Unidos en países como Venezuela y Nicaragua y fomentando la inestabilidad, socavando el estado de derecho y reprimiendo procesos democráticos", agregó Mnuchin.

"Este gobierno ha tomado la decisión estratégica de revocar la flexibilización de las sanciones y de otras restricciones impuestas al régimen cubano. Estas medidas ayudarán a evitar que dólares estadounidenses caigan en manos de los militares, las agencias de inteligencia y los servicios de seguridad cubanos”, añadió.

Los cruceros han transportado a miles de estadounidenses a Cuba desde que Estados Unidos comenzó a restaurar plenas relaciones diplomáticas con el gobierno comunista en diciembre de 2014 y han significado un importante ingreso de divisas fuertes a la isla.

Junto con los cruceros, Estados Unidos también prohibirá que la mayoría de los aviones y barcos privados hagan escala en la isla.

"En consecuencia las aeronaves privadas y corporativas, los cruceros, los veleros, los pesqueros y otras aeronaves y embarcaciones tendrán prohibido por lo general ir a Cuba", dicen las normas nuevas publicadas por el Departamento de Comercio.

A pesar de que las medidas entrarán en vigor el miércoles, el gobierno dijo que quienes ya hayan pagado sus boletos podrán seguir con sus planes de viaje.

Las medidas afectan particularmente a los viajes en crucero, que han redundado en ganancias abultadas para las empresas de viajes y que se han convertido en la vía preferida para los estadounidenses hacia Cuba.

Cifras del gobierno cubano muestran que 142.721 estadounidenses llegaron a Cuba en cruceros entre el 1 de enero y el 30 de abril, arriba de los 114.832 que vinieron por avión. Las cifras excluyen a estadounidenses nacidos en Cuba y que visitan a sus familiares en la isla.

Los vuelos de las líneas aéreas comerciales parecen intactos y se seguirán permitiendo los viajes de grupos universitarios, investigadores académicos, periodistas y asistentes a reuniones profesionales.

La medida "elimina la categoría ‘de pueblo a pueblo’ que es la manera más común por la que los estadounidenses viajan a Cuba”, declaró Collin Laverty, director de Cuba Educational Travel, una de las principales agencias que organizan viajes a la isla desde Estados Unidos.

El asesor de seguridad nacional John Bolton ofreció un adelanto de las nuevas restricciones durante un discurso en abril en Miami a veteranos de la Bahía de Cochinos, pero los detalles fueron difundidos el martes.

El Tesoro dijo que las medidas entrarán en vigencia el miércoles tan pronto sean publicadas en el Federal Register, el diario oficial del Gobierno de Estados Unidos.