Nueva York. Como la mayoría de las cadenas minoristas, Walmart está habituada a los hurtos pequeños como suceso cotidiano. Ahora enfrenta una amenaza mayor: los agresores armados.

Tres días después de que un hombre abrió fuego en una de sus tiendas en El Paso, Texas, y mató al menos a 22 personas, la empresa debe encontrar la manera de tranquilizar a sus empleados y clientes.

Los crímenes violentos no son una novedad en las tiendas Walmart: hace menos de una semana, en Mississippi, un empleado descontento mató a dos colegas e hirió a un policía. A principios de noviembre de 2017, un hombre armado mató a tres clientes en un Walmart en Colorado.

Relacionadas

La matanza de El Paso fue la mayor en la historia de la empresa, dijo el vocero de Walmart, Randy Hargrove. Entre las víctimas fatales no hubo empleados, pero dos se recuperan de sus heridas.

"Ninguna tienda minorista está a salvo de un acto violento", dijo Hargrove. "Por eso tomamos muy en serio el entrenamiento".

"Naturalmente, tenemos una mayor conciencia de la seguridad", dijo. Destacó que la mayoría de los minoristas capacitan a sus empleados para responder a situaciones de tiroteo para que no haya "muchas reacciones instintivas" indeseables.

Walmart lanzó su programa informático de entrenamiento de todos sus empleados en 2015 y dos años después dispuso que se repita cada trimestre en lugar de una vez al año. El mes pasado empezó a incorporar la tecnología de realidad virtual en su entrenamiento.

El entrenamiento tiene tres pilares: evitar el peligro, mantener distancia y por último defenderse.

En localidades de alta criminalidad, Walmart contrata a policías fuera de servicio para patrullar las zonas de estacionamiento, dijo Hargrove.

Sin embargo, sus esfuerzos se concentran principalmente en reprimir los hurtos, lo que incluye apostar más gente desarmada para recibir a los clientes. Hargrove destacó que Walmart está revisando sus protocolos, como sucede después de cualquier suceso catastrófico.

Melissa Love, una empleada de 26 años de edad que trabaja en una tienda en Long Beach, California, opinó que el entrenamiento de Walmart para casos de tiroteos es insuficiente. Dijo que se reduce en esencia a mirar un video y que no hay oportunidades para practicar.

"Honestamente, es un poco aburrido. Uno no aprende nada", dijo Love, que trabaja en Walmart desde hace tres años. "Decimos, ‘ay, otra vez lo mismo’ y nadie lo toma en serio. Uno no sabría qué hacer si sucediera".

Jesus M. Villahermosa, Jr., gerente de una firma consultora de seguridad, dice que no es mucho lo que pueden hacer los minoristas para detener a un agresor armado, pero observó que las tiendas cometen el error de realizar el entrenamiento por computadora.

"No le dan a la gente la posibilidad de hacer preguntas", dijo.

Sin embargo, al fin y al cabo salvar vidas no es responsabilidad de una tienda como Walmart, añadió.

"Cada uno tiene que hacerse su propio plan", dijo. "No es cuestión de volverse paranoico, sino de estar preparado".

Una empleada de Walmart en El Paso dijo que había trabajado durante años en el local donde se produjo el ataque, pero que ahora lo hace en otro local cercano. La empleada, que pidió que se le identificara sólo por su nombre de pila, Gabby -porque la empresa desalienta a sus empleados de hacer declaraciones públicas sobre el tiroteo- dijo que el día del ataque le tomó cuatro horas cruzar la frontera de Ciudad Juárez a El Paso debido a las medidas de seguridad.

"Siempre estoy preparada para que el Señor me reciba como él decida, pero tengo miedo por las personas que me aman si me llega a pasar algo en el trabajo", dijo.