Washington — Un agente de la Policía del Capitolio de Estados Unidos ha sido acusado de obstrucción a la justicia después de que los fiscales señalaron que ayudó a esconder pruebas de la participación de un individuo en la insurrección del 6 de enero.

El agente, Michael A. Riley, está acusado de haberle dicho a alguien que participó en los disturbios que eliminara las publicaciones de Facebook que lo mostraban dentro del Capitolio durante el asalto, de acuerdo con documentos entregados a la corte.

Riley, de 50 años, compareció de manera virtual en un tribunal federal de Washington y fue puesto en libertad con varias condiciones, como entregar cualquier arma de fuego que tuviera y no viajar fuera de Estados Unidos sin el permiso de un juez. Debe volver a comparecer ante la corte en las próximas semanas.

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El policía, que respondió a un reporte de una bomba casera el 6 de enero y ha trabajado con las fuerzas de seguridad del Capitolio durante 25 años, había enviado un mensaje a la persona en el que le dijo que era un policía que “concuerdo con tu postura política”, según un acta de acusación en su contra.

El acta detalla la forma en la que Riley envió decenas de mensajes a la persona no identificada, alentándolo a eliminar fotografías y videos incriminatorios, y diciéndole cómo el FBI estaba llevando a cabo las investigaciones para identificar a los agitadores.

El abogado de Riley no respondió de momento un mensaje en busca de comentarios.

En un comunicado, el jefe de la Policía del Capitolio, Tom Manger, dijo que el departamento se enteró de la investigación contra Riley hace varias semanas y que lo suspendió cuando fue arrestado el viernes.

Manger señaló que la acusación era “muy grave” y que la Oficina de Responsabilidad Profesional del departamento también abrió una investigación interna.

Su arresto y la acusación de que un agente en servicio de la Policía del Capitolio estuviera tratando de obstruir la investigación sobre el incidente son particularmente notables debido a que muchos de sus colegas fueron golpeados brutalmente por los agitadores. Los disturbios dejaron a decenas de policías sangrando y con moretones luego de que la muchedumbre de partidarios de Trump, algunos armados con tubos, bates de béisbol y aerosol contra osos, irrumpió en el Capitolio, superando rápidamente a la fuerza policial.