La posibilidad de que el presidente estadounidense Donald Trump y el Senado de mayoría republicana cubran la vacante dejada por Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema ha desatado un llamado a realizar grandes cambios en el tribunal, incluyendo expandir el número de jueces.

Algunos senadores demócratas, que se habían opuesto a aumentar el número de jueces en la corte —actualmente nueve—, dijeron tras la muerte de Ginsburg que la premura republicana para cubrir la vacante pudiera ser un punto de inflexión.

El senador demócrata Ed Markey dijo en Twitter que si los republicanos no permiten que el ganador de la elección presidencial del 3 de noviembre seleccione al nuevo juez de la Corte Suprema, “debemos abolir el ‘filibuster’ (maniobra dilatoria obstruccionista) y expandir la Corte Suprema”.

Pero la vacante repentina está alimentando además tensiones entre los demócratas. Aunque algunos progresistas están llamando al candidato presidencial Joe Biden a respaldar reformas, incluyendo añadir jueces a la corte, éste se ha resistido.

Biden, quien ha mantenido una campaña centrista y se pasó 36 años en el Senado, teme que medidas de este tipo aumenten las divisiones en un período particularmente polarizado en la historia del país.

Y otra preocupación es que aumentar la corte por primera vez en 150 años pudiera resultar contraproducente para los demócratas, cuando los republicanos controlen la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso. Con 15 jueces en la corte, solamente dos adiciones solidificarían la ventaja republicana.

Los demócratas apenas mencionaron al máximo tribunal en su convención en agosto. Eso cambió en un instante el fin de semana.

“Nada está descartado” para cambios en las reglas del Senado si los republicanos confirman rápidamente un nuevo juez para la Corte Suprema, dijo el líder de la minoría demócrata Chuck Schumer en una teleconferencia el sábado con senadores del partido, de acuerdo con una persona participante que no estaba autorizada a discutirla públicamente y pidió preservar el anonimato.

Si los demócratas controlan el Senado en noviembre, probablemente necesitarán deshacerse del “filibuster”, la regla del senado que requiere 60 votos en lugar de una mayoría simple para la mayoría de las leyes, antes de poder proceder con cambios legislativos que pudieran incluir el tamaño de la corte.