Manila. El marine estadounidense Joseph Scott Pemberton, que cumplía condena en Filipinas por matar en 2014 a una transexual, fue deportado el domingo a Estados Unidos tras ser indultado por el presidente filipino, Rodrigo Duterte.

El soldado dijo en un mensaje de despedida que estaba “extremadamente agradecido” con el presidente Duterte y expresó su “más sincera compasión” a la familia de Jennifer Laude, a quien asesinó en 2014 en un motel al noroeste de Manila al enterarse de que era una mujer transgénero.

Pemberton afirmó que durante su reclusión de cinco años pasó “mucho tiempo reflexionando sobre todos los errores” que cometió la noche en que Laude murió.

“Él desearía tener las palabras para expresar la profunda pena y arrepentimiento que siente”, de acuerdo con el mensaje del marine que fue emitido por su abogada, Rowena Garcia-Flores.

Agentes de migración filipinos y personal de seguridad estadounidense escoltaron al infante de Marina de 25 años, que se hallaba esposado y portaba cubrebocas, desde su celda en el principal campo militar en la zona metropolitana de Manila hasta el aeropuerto, donde abordó un avión militar. Antes de abordar, fue sometido a una prueba de coronavirus, que dio negativo, indicó la vocera de migración, Dana Sandoval.

La Oficina de Inmigración confirmó que Pemberton fue deportado “con éxito” en un avión militar a las 9:14 a.m. hora local con destino a Estados Unidos desde el aeropuerto internacional Ninoy Aquino de Manila.

Joseph Scott Pemberton, un soldado estadounidense que se encontraba en una misión de visita de tropas en Filipinas en octubre de 2014, mató a Jennifer Laude cuando estaban a punto de mantener relaciones sexuales ahogándola en el inodoro al darse cuenta de que tenía genitales masculinos en un motel de Olongapo, ciudad cercana a la base naval de Subic donde el cabo hacía maniobras.

Pemberton, que entonces tenía 19 años, fue condenado en 2015 a diez años de prisión por homicidio, de los que solo ha cumplido cinco años y ocho meses en la prisión del cuartel militar de Camp Aguinaldo en Manila, donde ha permanecido solo hasta hoy.

“Como consecuencia de la orden de deportación en su contra, Pemberton ha sido incluido en la lista negra, prohibiéndole perpetuamente regresar”, señaló en un comunicado el comisionado de la Oficina de Inmigración, Jaime Morente.

Morente reveló que Pemperton ya figuraba en la lista negra desde el 16 de septiembre de 2015 como “extranjero indeseable” tras su condena de culpabilidad por homicidio, ya que su presencia en Filipinas no es propicia “para la seguridad, el bienestar, la felicidad o el buen orden de la sociedad filipina”.

El lunes, Duterte otorgó un “perdón absoluto e incondicional” a Pemberton, una decisión que tomó a todos por sorpresa. Por mucho tiempo, el mandatario filipino ha criticado abiertamente las políticas de seguridad de Estados Unidos y ha reforzado sus lazos con China y Rusia.

Pemberton pasó a custodia de Inmigración el viernes, después de que Instituciones Penitenciaras ejecutara su orden de liberación como consecuencia.

La decisión del indulto que causó una gran indignación entre los filipinos, en particular en el colectivo LGTBI, que no entendió el perdón presidencial por un “delito de odio”.

La decisión fue muy criticada también por organizaciones de derechos humanos, grupos feministas y partidos de la oposición.

El caso generó un debate sobre si el marine, cuya detención se dio bajo el Acuerdo de Fuerzas Visitantes entre países aliados, podía acogerse a una ley filipina que otorga reducciones de penas a prisioneros ordinarios por buena conducta.

La corte regional en la ciudad de Olongapo, que atendió el caso de Pemberton, falló que Pemberton puede beneficiarse de esa ley y ordenó a las autoridades el 1 de septiembre que lo liberara por buena conducta. Pero la familia de Laude y el Departamento de Justicia presentaron apelaciones por separado, lo que impidió su liberación prematura de una pena máxima de 10 años de prisión. El estadounidense ha había cumplido cerca de la mitad de su condena.

Duterte argumentó que otorgó el perdón debido a que Pemberton no fue tratado equitativamente después de que fuera bloqueada su liberación anticipada a la cual, sostuvo el presidente, el marine tendría derecho.

En medio de la polémica por el indulto, el portavoz presidencial, Harry Roque, sugirió que la decisión de Duterte podría ser un gesto de buena voluntad con Estados Unidos a cambio de que faciliten el acceso a Filipinas de la vacuna contra la COVID-19, después de saberse que ni las autoridades estadounidenses ni la defensa de Pemberton habían solicitado formalmente el indulto.

“Todos los procedimientos legales en el caso se llevaron a cabo bajo la jurisdicción y la ley de Filipinas. El cabo Pemberton cumplió la sentencia ordenada por los tribunales filipinos y partió de Filipinas el 13 de septiembre”, se limitó a confirmar en un comunicado la embajada de Estados Unidos en Manila.

Pemberton, un operador de misiles antitanques oriundo de New Bedford, Massachusetts, fue uno de miles de elementos de las fuerzas estadounidenses y filipinas que participaron en ejercicios conjuntos en el país en 2014.

Él y otros marines estadounidenses recibieron licencia después de los ejercicios y se encontraron con Laude y sus amistades en un bar en Olongapo, una ciudad famosa por su vida nocturna en las afueras de la Bahía de Súbic, una exbase de la Marina de Guerra de Estados Unidos.

Laude fue encontrada sin vida posteriormente, con la cabeza sumergida en un inodoro de una habitación de motel, al cual, de acuerdo con los testigos, había llegado con Pemberton. Uno de los testigos dijo a los investigadores que Pemberton reveló que asfixió a Laude tras enterarse de que era una mujer transgénero.