NUEVA YORK.- En la política suele haber golpes. Pero el presidente Donald Trump decidió que una buena forma de distraerse momentáneamente de la investigación de juicio político que enfrenta era presenciando el sábado otro deporte rudo.

Y su llegada generó reacciones divididas durante una función de la UFC en el Madison Square Garden.

Resonaron abucheos y ovaciones cuando Trump, acompañado por sus hijos adultos Don Jr. y Eric y por varios legisladores republicanos, ocupó su asiento antes de la serie de combates de artes marciales mixtas, que se transmitió por televisión en la modalidad de pago por ver.

Con todo, la reacción fue menos hostil que la generada por Trump el domingo pasado, cuando se presentó en un juego de la Serie Mundial en Washington. Durante ese encuentro, Trump se topó con sonoros abucheos y con un coro de varios espectadores que pedían: “¡Enciérrenlo!”.

Un sangriento combate de artes marciales mixtas sería una sede inusitada para un presidente. Jamás un mandatario en funciones había asistido a una función de este tipo.

El presidente saludó al excampeón mundial Mano de Piedra Durán. (AP)
El presidente saludó al excampeón mundial Mano de Piedra Durán. (AP)

Sin embargo, Trump ha tenido vínculos con la UFC desde hace años. Se sentó a unas cuantas filas de la jaula donde los combatientes se propinaron patadas y puñetazos.

Uno de los gladiadores, Gregor Gillespie, fue noqueado tras recibir una patada y quedó inconsciente por un momento. Trump atestiguó el impacto, sin mostrar reacción alguna.

Cuando Gillespie se incorporó, el presidente aplaudió.

Con frecuencia, Trump saludó a la multitud durante la función UFC 244, donde el principal combate fue entre el mexicano-estadounidense Nate Díaz y Jorge Masvidal, en pos de un nuevo cinturón denominado BMF, las siglas de una frase soez.

Masvidal derrotó a Díaz por nocaut técnico antes del cuarto asalto. Recibió el cinturón de manos de “The Rock”, el exluchador convertido en actor de Hollywood.

Trump se puso de pie para aplaudir el final de la pelea estelar, aun cuando muchos de los 20,000 espectadores abuchearon por la rápida conclusión de la contienda.

Los vínculos de Trump con el líder de la UFC Dana White se remontan a 2001, cuando el actual mandatario albergó un combate de artes marciales mixtas en su hotel Trump Taj Mahal, actualmente desaparecido, en Atlantic City, Nueva Jersey.

White, quien ha señalado que “jamás podría decir algo negativo sobre Donald Trump”, pronunció discursos en la Convención Nacional Republicana de 2016, en Cleveland.