Las muertes de sobredosis de drogas en Estados Unidos alcanzaron la cifra récord de 93,000 el año pasado, informó el miércoles el gobierno. La cifra supera en 29% la de 72,000 muertes de sobredosis en 2019.

El país ya sufría una epidemia de sobredosis, pero “el COVID ha exacerbado enormemente la crisis”, dijo Brandon Marshall, especialista en salud pública de la Universidad Brown que estudia las tendencias de sobredosis. “Es una pérdida sobrecogedora de vidas humanas”, acotó.

Las cuarentenas y otras medidas debido a la pandemia aislaron a los afectados por la drogadicción y dificultaron el tratamiento, según los expertos.

Los analgésicos de venta bajo receta fueron los primeros impulsores de la epidemia nacional de sobredosis, pero en años recientes los reemplazaron primero la heroína y luego el fentanilo, un opioide particularmente fuerte. El fentanilo fue creado para tratar dolores intensos de enfermedades como el cáncer, pero la venta ilícita ha aumentado y es mezclado con otros fármacos.

“El verdadero impulso del aumento de las sobredosis proviene de la oferta creciente de fármacos envenenados”, dijo Shannon Monnat, profesora de sociología de la Universidad de Syracuse que investiga los patrones geográficos de las sobredosis. “Casi todo este aumento es de fentanilo contaminado”. Añadió que se contaminan también la heroína, la cocaína y la metanfetamina.

No hay pruebas por el momento de que aumentó la cantidad de gente que consume drogas, dijo Monnat. Más bien, han aumentado las muertes de personas que ya padecían la adicción. Algunas dijeron a su equipo de investigadores que la suspensión de los desalojos y la extensión de las prestaciones por desempleo les significó más dinero que de costumbre. Adicionalmente, dijeron que “cuando tengo dinero, me abastezco de mis drogas”, acotó.

Las muertes por sobredosis son sólo un aspecto del que fue el año más mortífero de la historia de Estados Unidos: más de 3,3 millones de muertes, incluidas 378,000 atribuidas al COVID-19.