La Guardia Nacional de Texas desplegada en la frontera con México comenzará a ayudar a la policía estatal a realizar arrestos, en momentos en que el estado ha comenzado a llenar una prisión antes vacía con migrantes acusados de invasión a propiedad privada.

El gobernador republicano Greg Abbott afirmó el martes sin dar detalles que la Guardia Nacional “asistirá” a la policía estatal en el arresto de migrantes bajo cargos estatales. No quedó claro el alcance del nuevo papel que desempeñará esa fuerza. La Guardia Nacional ha mantenido una presencia en la frontera sur durante años, pero se le ha asignado principalmente a puestos de observación.

Texas comenzó a encarcelar a migrantes sorprendidos en propiedad privada este mes, parte de una campaña más amplia de Abbott para endurecer las labores policiales en la frontera y asumirse como relevo de Donald Trump en el tema de la inmigración, en un momento en que se mantienen elevadas las cifras de personas que cruzan hacia territorio estadounidense.

“Para responder a este desastre y garantizar el estado de derecho en nuestra frontera sur, se necesita más personal”, escribió Abbott en una carta dirigida al mayor general Tracy R. Norris, general adjunto de la Guardia Nacional de Texas.

Los portavoces de Abbott y de la Guardia Nacional de Texas no respondieron a mensajes enviados.

Los detractores del plan han manifestado antes preocupaciones de que los gobernadores utilicen a efectivos de la Guardia Nacional para que tengan un papel activo en actividades policiales. En los últimos meses, otros gobernadores republicanos han desplegado a elementos de la Guardia Nacional en la frontera, como la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, posible aspirante a la candidatura presidencial en 2024, y quien viajó esta semana a Texas para supervisar a los aproximadamente 50 miembros de la Guardia Nacional que se ofrecieron como voluntarios para un despliegue de 30 días.

Para Kate Huddleston, abogada de la Unión Americana de Libertades Civiles, las más recientes órdenes de Abbott son “inusuales y extremadamente preocupantes”.

“Nos preocupan los solicitantes de asilo y otros migrantes que llegan a Estados Unidos, y también los residentes de la frontera que han cargado antes y ahora otra vez con todo el peso de esa saturación policial en la frontera”, declaró Huddleston.

Además de que no está claro cómo contribuirán los elementos de la Guardia Nacional de Texas en los arrestos, Abbott no señaló cuántos de ellos en el actual despliegue participarán en esas labores. Abbott ha sido vago en otros anuncios relacionados con la seguridad fronteriza, incluidos sus planes para continuar la construcción del muro fronterizo de Trump, para los cuales no ha dado una fecha ni un costo total.

Los arrestos a cargo de policías estatales de Texas se han efectuado hasta ahora en el condado Val Verde, donde las autoridades locales afirman que se les ha indicado que únicamente los individuos que deambulen solos serían arrestados, no quienes vayan en familia. Los detenidos están recluidos en lo que era una prisión estatal vacía en Dilley, Texas, a unos 160 kilómetros (100 millas) al norte de la ciudad fronteriza de Laredo.

El juez de condado Lewis Owens, el principal funcionario electo en el condado de casi 50.000 habitantes, dijo que delitos como allanamiento de morada, robo y daño a la propiedad han aumentado en los últimos meses mientras continúa alto el número de personas que cruzan hacia territorio estadounidense. Los delitos violentos, dijo, no eran problema.

Funcionarios estadounidenses informaron este mes que en junio interceptaron a 55,805 personas que viajaban en grupos familiares con niños, un aumento de 25% sobre el mes anterior. La cifra continúa todavía muy por abajo del pico de 88,587 de mayo de 2019.