Los residentes del sur de Luisiana se preparaban para más lluvias el martes después de que fuertes aguaceros inundaron hogares y autos, y bloquearon una importante carretera interestatal.

Una vez más, Lake Charles se llevó lo peor de la furia de la naturaleza, en una zona costera que todavía no se recupera por completo del azote de dos huracanes el año pasado y de una fuerte helada en febrero.

El Servicio Nacional de Meteorología dijo que en el sur de Lake Charles, en el oeste de Luisiana, cayeron el lunes entre 12 y 15 pulgadas de lluvia en un periodo de 12 horas, mientras que en otras partes del municipio cayeron hasta 10 pulgadas.

Conforme la tormenta se movía hacia el este, arrojó hasta 13 pulgadas de lluvia durante la noche en Baton Rouge, la capital de Luisiana, según Sharon Weston Broome, alcaldesa del municipio East Baton Rouge.

Para el martes, el agua había retrocedido en gran parte, pero se pronostican más lluvias en la región para esta semana.

“Somos un pueblo muy resiliente. Somos una población muy fuerte. Pero, sabes, eventualmente sí debes llegar a un punto en donde le preguntes a la Madre Naturaleza: ¿Qué más nos puedes hacer?”, dijo el martes Nic Hunter, alcalde de Lake Charles.

Hunter estimó que entre 400 y 500 inmuebles se inundaron durante los aguaceros del lunes. Hunter era alcalde el año pasado cuando la ciudad fue golpeada por el huracán Laura el 27 de agosto y luego seis semanas después por el huracán Delta. Luego, en febrero, una intensa helada cubrió la región, congelando tuberías y causando extensos problemas de agua potable. Además de todos esos desastres, ha estado la pandemia del coronavirus.

Algunos padres en Lake Charles recogieron el lunes a sus hijos de la escuela en kayaks porque era imposible pasar por las vialidades, y otros residentes reportaron en redes sociales tener que rodear el pueblo para evitar calles inundadas.

El Departamento de Bomberos de Baton Rouge ayudó a más de 300 personas que llamaron durante la noche porque estaban atrapadas en autos o en casas que empezaban a inundarse, reportó el periódico The Advocate. Partes de la Interestatal 10 estaban inundadas y cerradas en la capital Baton Rouge, tuiteó el Departamento de Transporte de Luisiana.