Nueva York. El número de muertes diarias por COVID-19 en el estado de Nueva York, epicentro mundial de la pandemia con 28,558 fallecidos y 61,886 recuperados, ha experimentado un ligero repunte hasta los 112 decesos producidos el martes, pese a lo cual el gobernador Andrew Cuomo se comprometió este miércoles a trabajar para que las ceremonias religiosas recuperen la normalidad cuanto antes.

En su comparecencia diaria, Cuomo señaló que tanto las hospitalizaciones como las intubaciones habían vuelto a experimentar una bajada y que el número de nuevos casos contabilizados el martes retrocedían hasta los 295, menos que los 321 del lunes.

Los fallecimientos, sin embargo, subían hasta los 112 el martes desde los 105 registrados el lunes.

Esa subida no impidió al gobernador anunciar que se empezarán a permitir las ceremonias religiosas de no más de 10 personas siempre que haya estrictas medidas de distancia social y todos los participantes lleven mascarilla.

"Creo que en estos momentos de tanta confusión, las celebraciones religiosas son muy reconfortantes para un gran número de personas y entiendo el deseo de que vuelvan los antes posible", reflexionó el dirigente, y agregó que el estado iba a doblar el número de iglesias donde se practican los tests hasta las 44 en total.

La medida sobre la vuelta de las ceremonias religiosas es especialmente significativa para la comunidad judía, cuyas congregaciones suelen requerir un mínimo de 10 personas mayores de 13 años para poder celebrarse.

Zonas con bajos recursos, los mayores focos

Cuomo también ofreció datos por territorio tras haber practicado de forma intensiva más de 8,000 tests de anticuerpos focalizados en zonas con mayores índices de vulnerabilidad, principalmente en la ciudad de Nueva York, y advirtió que los nuevos casos se están concentrando sobre todo en comunidades con bajos recursos y en las que predominan las minorías raciales.

"Los datos muestran no solo más positivos en esas comunidades sino que el esparcimiento del virus es mayor y son las zonas donde se encuentran los nuevos casos", resaltó el gobernador, que alertó del sufrimiento que se está viviendo en esos barrios.

En este sentido, llamó a las administraciones locales a expandir su actuación en estas zonas y a desarrollar programas de ayudas para reducir el alto número de muertes que registran, con especial énfasis en zonas donde hay un alto número de viviendas protegidas, donde admitió que había que intensificar el número de pruebas de COVID-19.

El gobernador ejemplificó que en Morrisania y Brownsville, vecindarios de la ciudad de Nueva York ubicados en El Bronx y Brooklyn respectivamente, casi doblan la cifra media de hospitalizaciones en la ciudad, mientras que las comunidades afroamericanas están cerca de doblar el número medio de positivos.

Por distritos, en El Bronx la cifra de personas con anticuerpos, según el muestreo estatal, sube hasta 34 %, en Brooklyn es de 29 %, en Queens de 25 %, en Manhattan de 20 % y en Staten Island de 19%.

De media, 27 % de las personas que viven en barrios pobres de la Gran Manzana han generado anticuerpos de COVID-19, frente al 19,9 % que registra la población general de la ciudad.

Reaperturas sin incidentes

Por otro lado, Cuomo señaló que, de momento, en aquellas regiones donde ya han comenzado las reaperturas económicas todavía no se ha registrado ningún rebrote significativo del virus y avanzó que ninguna de las tres zonas restantes que mantienen los parones, la ciudad de Nueva York y sus dos regiones limítrofes, cumplen todavía con las métricas para reabrir.

El estado vecino de Connecticut, que forma parte del área triestatal junto con Nueva Jersey, también ha empezado su reapertura y, poco a poco, pequeños comercios como tiendas y algunos restaurantes han comenzado a retomar su actividad entre estrictas medidas de precaución.