Los padres de alumnos que estudian en las escuelas públicas de Colorado iniciaron este miércoles una campaña que apuesta por aumentar el número de consejeros y no el de policías para reducir los problemas de violencia y mala conducta en los centros educativos del estado.

 El grupo Padres y Jóvenes Unidos (PJU) lanzó la campaña "Consejeros, no policías", como un elemento más de su movilización para descriminalizar las conductas de estudiantes de grupos minoritarios en las escuelas públicas estatales.

 Durante esta campaña, jóvenes compartirán sus historias y exigirán que las Escuelas Públicas de Denver (DPS) avancen en sus gestiones para terminar con el conducto (tubería o "pipeline") que conecta las escuelas con la cárcel para los "estudiantes de color", dijo a Efe Jake Cousins, subdirector de PJU, en declaraciones preparadas.

 Esta "tubería" es una referencia a aquellas prácticas disciplinarias aplicadas desigualmente para estudiantes blancos o de minorías que provoca que los estudiantes de minorías reciban sanciones más serias y con mayor frecuencia que los anglosajones por acciones similares.

 Para Cousins, esa "criminalización de las comunidades de color" sólo podrá eliminarse "si las escuelas se comprometen a ser escuelas sin policías" y más específicamente "si se eliminan todas y cada una de las actividades de las fuerzas del orden dentro de nuestras escuelas".

 Si PJU aboga por menos agentes y más consejeros, las autoridades estatales consideran que la solución al acoso escolar, la violencia y el suicidio, entre otros casos, se basa en "innovadoras gestiones de intervención y prevención" en las que deben colaborar fuerzas del orden locales, estatales y federales.

 El Departamento de Seguridad Pública de Colorado convocó este mismo miércoles un encuentro de expertos regionales y nacionales a favor de una mayor presencia policial en las escuelas para prevenir incidentes violentos en esos establecimientos.

 Durante los próximos dos días, administradores escolares, maestros, expertos en salud mental y representantes de agencias de seguridad y del gobierno federal se reunirán en Thornton (al norte de Denver) para llegar a un acuerdo sobre "protocolos estandarizados de prevención de violencia", indicó Patricia Billinger, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Colorado.

 Esos protocolos, basados en investigaciones realizadas por el Centro de Estudios y Prevención de Violencia de la Universidad de Colorado en Boulder, incluyen entrenamiento para que los policías puedan responder a amenazas, intentos de suicidio o problemas de salud mental en las escuelas.

 Desde el tiroteo en la Escuela Columbine (al sur de Denver) en abril de 1999, donde murieron 15 personas, incluyendo los dos atacantes, se han producido varios tiroteos escolares en Colorado.

 En 2006, en la Escuela Platte Canyon murieron el atacante y una estudiante, y lo mismo sucedió en la Escuela Arapahoe en diciembre de 2013.

 En mayo de este año, un estudiante latino murió al enfrentarse con un atacante en la Escuela STEM Highlands Ranch y otro ataque perpetrado en febrero de 2010 en la Escuela Deer Creek se saldó con dos alumnos heridos.