SAN FRANCISCO — La policía de San Francisco buscaba este viernes a uno o varios hombres que abrieron fuego en un parque concurrido de la ciudad, hiriendo a tres personas y causando una escena caótica de víctimas sangrantes y visitantes huyendo presas del pánico. 

Los agentes del orden dijeron que aumentarán sus patrullas día y noche en el parque Dolores, pero la televisora KTVU informó  que no está claro cuándo comenzarán las patrullas adicionales. 

Los investigadores seguían tratando de determinar el motivo del ataque de este jueves por la tarde en el parque normalmente pacífico del distrito de Mission. 

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Un hombre seguía en estado crítico este viernes por la mañana y otro fue atendido y dado de alta, agregaron las autoridades. Otra víctima hospitalizada es un adolescente y no se dieron más detalles. 

Un hombre que se identificó solo como Hatter dijo que el ataque ocurrió después de que los asistentes regulares al parque confrontaron a una media decena de hombres que gritaban y actuaban amenazadoramente en un puente del parque. 

Algunos de esos hombres llevaban pañuelos que cubrían la mayoría de sus rostros, agregó. 

En declaraciones al diario San Francisco Chronicle, Hatter dijo que subió “allí para mediar” y asegurarse de que “todo estaba bien y que nadie estaba peleando". 

Al acercarse, dijo que alguien gritó que los enmascarados estaban armados. Añadió que un segundo después, un hombre sacó una pistola y disparó rápidamente seis o siete veces. 

Dos personas, directamente atrás de él, fueron heridas de bala, una en la cabeza y otra en una pierna, dijo Hatter. Él escapó con una lesión en la pierna, posiblemente, de un fragmento de bala que rebotó. 

"Normalmente me puedo manejar (bien) en estas situaciones, pero esta vez estaba seguro de que acababa de perder la vida", declaró Hatter. 

Antonia Juhasz, que ha vivido en el vecindario desde hace más de 20 años, dijo que estaba leyendo un libro en un banco cuando escuchó disparos y que al principio, pensó que eran petardos. 

Dijo que el parque, en una colina, estaba lleno de gente, incluso, niños en una zona de recreo y otros corriendo por la hierba. 

"Al principio la gente no reaccionó totalmente porque sonaron como fuegos artificiales", dijo Juhasz, una escritora y periodista independiente. "Yo le estaba gritando a la gente: '¡Sí, es una pistola; es una pistola de verdad!'".