En un insólito acto de represalia política, los republicanos de Tennessee expulsaron el jueves a dos legisladores demócratas de la legislatura estatal por participar en una protesta a favor de un mayor control de armas tras un letal tiroteo en una escuela en Nashville. Una tercera legisladora libró la expulsión por un voto.

Los diversos resultados en las votaciones dieron pie a acusaciones de racismo, ya que los legisladores expulsaron a los representantes Justin Jones y Justin Pearson, ambos de raza negra, mientras que la representante Gloria Johnson, de raza blanca, sobrevivió a la votación sobre su expulsión. Sin embargo, los dirigentes republicanos negaron que la raza fuera un factor.

Los legisladores “expulsaron a los dos hombres negros y dejaron a la mujer blanca”, dijo en un tuit la senadora estatal negra London Lamar, de Memphis. “Una exhibición de racismo hoy”.

La expulsión es una medida que la cámara ha aplicado únicamente en contadas ocasiones desde la Guerra Civil. La mayoría de las legislaturas estatales tienen la facultad de expulsar a miembros, pero por lo general se reserva para castigar a legisladores acusados de algún delito grave, no como arma contra oponentes políticos.

Jones, Pearson y Johnson se unieron a una protesta la semana pasada cuando centenares de manifestantes colmaron el Capitolio para exigir la aprobación de medidas para el control de armas. Cuando las galerías estaban llenas de inconformes, los tres demócratas se acercaron al frente de la Cámara de Representantes con un megáfono y corearon lemas.

La protesta tuvo lugar días después del asesinato a tiros de seis personas en la escuela cristiana Covenant School, tres de ellas niños.

“Estamos perdiendo nuestra democracia. Esto no es normal. No está bien”, dijo Pearson a la prensa el jueves. Los tres “infringimos una regla de la cámara porque estamos luchando por los niños que mueren debido a la violencia con armas de fuego y por las personas en nuestras comunidades que desean ver el fin de la proliferación de armas en nuestras comunidades”.

Johnson, maestra retirada, dijo que su preocupación sobre los ataques armados en las escuelas tenía carácter personal, y recordó un día de 2008 cuando varios estudiantes salieron corriendo de una cafetería porque un alumno acababa de ser asesinado a tiros en el lugar.

“El trauma en aquellas caras, nunca lo olvidarás. No quiero olvidarlo”, agregó.