El Departamento de Agricultura mantiene aún objeciones al texto del proyecto que crearía el Bosque Modelo de Puerto Rico, a pesar de las enmiendas que le introdujo la Cámara de Representantes, afirmó este viernes la secretaria, Myrna Comas.

La postura de la titular de Agricultura fue sostenida además por el Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayaguez (CCA), cuya decana, Gladys M. González, reconoció que la versión cameral recogió varias de sus propuestas, pero indicó que aún persisten reservas con la redacción de la medida.

Ambas entidades indicaron, sin embargo, que de atenderse sus preocupaciones, endosarán la legislación.

“Es importante señalar", dijo Comas, "que el proyecto aprobado por la Cámara de Representantes no contiene todas las recomendaciones emitidas por el Departamento de Agricultura, incluyendo sus inquietudes sobre políticas de conservación contrarias al desarrollo agrícola, a ser implantadas a través de un amplio espacio de terreno en una isla que ha perdido más de 1.9 millones de cuerdas de valor agrícola en los últimos 60 años”.

Recalcó la secretaria su preocupación de que el proyecto, desde su exposición de motivos, está cargado hacia el objetivo de la conservación y hacia la promoción de prácticas agrícolas no tradicionales, e insistió en que hay que aclarar su redacción para que no se limite el desarrollo agrícola en la zona.

“Dicha promoción de conservación ecológica de terreno agrícolamente valioso y necesario no es compatible con la política pública de seguridad alimentaria de nuestro gobierno”, afirmó.

Comas reiteró que en la delimitación del bosque modelo existen sobre 4,000 fincas de café y frutales; la producción de cítricos, farináceos, guineos, plátanos y hortalizas, que representan una tercera parte de la producción agrícola de estos alimentos, además de 90 vaquerías para producción de leche, 60 fincas de ganado de carne, fincas de producción de cerdos y el proyecto de arroz en la Reserva Agrícola del Valle de Lajas.

“Es imposible conservar el bosque en su estado natural, cambiar prácticas agrícolas, ampliar el marco de conservación a terrenos aledaños mediante el concepto de bosques auxiliares y a la vez desarrollar una agricultura intensa, creadora de empleos, ágil, moderna, productiva y económicamente viable”, afirmó.

Insistió en que en el Departamento de Agricultura aspiran a “una agricultura de coexistencia donde las estrategias utilizadas para la producción agrícola sean promovidas sin excluir la libertad de nuestros agricultores en sus técnicas de cultivo, siempre y cuando se garantice la salud y bienestar de nuestro pueblo”.

Propuso entonces una extensa enmienda en la que se aclararía que esta ley de ninguna forma podrá interpretarse como una restricción, prohibición o limitación al uso de prácticas agrícolas tradicionales.

En similares términos se expresó la decana del CCA, que indicó que la versión aprobada por la Cámara atiende algunos de los asuntos planteados por la institución, “pero mantiene otros que se prestan a confusión y ambigüedad en torno a los asuntos agrícolas”.

Propuso también varias enmiendas dirigidas a aclarar ese tema y dejar claro que el proyecto en ninguna forma debe implicar la prohibición de prácticas agrícolas tradicionales.

Piden regreso a versión inicial

Mientras tanto, varias organizaciones que promueven la defensa y conservación del ambiente, así como otras que propulsan un tipo de agricultura no tradicional, rechazaron algunos de los cambios que se hicieron en la Cámara al proyecto original y solicitaron que se restituyan varios de los textos excluidos.

“Conviene resaltar para sorpresa de muchos que el contenido del proyecto original desarrollado por un comité multisectorial y con el apoyo de Fortaleza, fue altamente reducido cuando pasó por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes”, expresó Jesús Vázquez, en representación de la Asociación Nacional de Derecho Ambiental (ANDA).

“Restituir el contenido a favor de priorizar una agricultura sostenible que no se experimente genéticamente ni se cosechen cultivos transgénicos dentro del Bosque Modelo, que opere una estructura de gobernanza independiente y que el Estado pueda volver a asignarle los fondos planificados al proyecto, resulta indispensable”, agregó.

Además de solicitar la restitución del contenido, esta organización sometió una enmienda para que se prohíba expresamente la experimentación genética producto de la biotecnología agrícola y el cultivo de productos transgénicos dentro de los límites del Bosque Modelo.

“Ambos asuntos van de la mano y están relacionados. La agricultura sostenible sí produce grandes cantidades amplias de alimentos nutritivos y sí genera economía”, afirmó Vázquez.

La Organización “Boricuá de agricultura orgánica” defendió la agricultura orgánica y la agroecología “porque ambas prohíben organismos genéticamente modificados, el uso de cualquier plaguicida sintética y buscan promover la biodiversidad y actividades biológicas”.

Yanna M. Muriel, presidenta de la organización, recalcó que el objetivo de es “honrar el plan original del Bosque Modelo implementando paulatinamente prácticas agrícolas sostenibles”.