La pintura para cubrir los grafitis, las personas ejercitándose en la Puerta de San Juan, los paseos de las mascotas, los intentos de los residentes por salir a trabajar y la limpieza de las calles de los agentes químicos, lanzados durante varias horas por agentes de la División de Operaciones Tácticas, no han logrado aplacar las imágenes de los manifestantes que por tercer día consecutivo encabezaron protestas en los accesos hacia La Fortaleza en el Viejo San Juan para demandar la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló Nevares.

“El pueblo está molesto, ya era hora de que hicieran algo, no está bien que pintaran la iglesia, se tiene que ir” han sido algunas de las expresiones de aquellos que comenzaron a recorrer las calles de la ciudad amurallada para ser testigos de segunda mano de lo ocurrido.

Es incierta la cantidad de personas afectadas, pero en el caso del Negociado de la Policía (NPPR) se informa que 21 agentes resultaron lesionados y al menos cinco personas fueron arrestadas por presuntamente lanzarle objetos como piedras, gases lacrimógenos y pirotecnia a los agentes que lucían sus uniformes blindados.

El portavoz del grupo Puertorriqueños Unidos para Defender a Puerto Rico de la Corrupción y los Grandes Intereses, Glen Vargas, quien se encuentra en un campamento permanente en el área del portón posterior que da acceso a la Mansión Ejecutiva, exclamó que su movimiento es pacífico para promover “la paz y el respeto porque todos somos boricuas”.

“Somos puertorriqueños, somos profesionales todos que decidimos quedarnos en el país para utilizar nuestros recursos como la tierra para impactar y producir nuestro producto nacional…yo soy técnico electricista.

Fidel Rodríguez, otros de los integrantes, sostuvo que la muralla de unos 500 policías fueron los que provocaron los sucesos violentos al lanzar gases lacrimógenos mientras tenían las manos levantadas cantando consignas para obligarlos a moverse de la calle Fortaleza.

Asimismo, indicó que los observadores, como la licenciada María Nogales, no estuvieron en el área de conflicto durante las horas que se extendió el mismo.

Agregó que captaron a policías vestidos con ropa civil que no eran del movimiento con piedras en las manos.

“Nosotros decidimos quedarnos ahí porque el pueblo de Puerto Rico está molesto, se da cuenta de las manipulaciones y el miedo que utilizan estas personas…aquí nosotros mantuvimos la paz, con fuerza porque nos enviaron a unas personas que comenzaron a tirar piedras que no eran del grupo del pueblo”, narró Rodríguez, quien dijo que por espacio de dos horas dialogaron con los policías que desistieron de moverlos de su campamento.

De su lado, el exrepresentante independentista, licenciado Víctor García San Inocencio, quien reside en el Viejo San Juan, advirtió que están preparados para llevar a cabo lo que denominó protestas domiciliarias hasta que logren la salida de Rosselló Nevares.

También llamó la atención a las confrontaciones de policías con los manifestantes porque considera que ha sido un despilfarro de dinero los entrenamientos que les ha obligado a tomar la Reforma Sostenible de la Policía para evitar precisamente las violaciones de derechos civiles.

“Botaron millones en la Reforma de la Policía y lo que intentó Escalera fue utilizar nuestros hogares de campamento de entrenamiento de envestidas repetidas de la fuerza de choque”, acotó, al sostener que las agresiones surgieron con una rabiza de la manifestación inicial que considera es fácil de provocar.

Señaló que la verdadera destrucción no fue ocasionada por los manifestantes sino por su administración y sus ejecutorias. “Eso no lo hicieron muchachos que anoche se exaltaron y el problema es este aquí los vecinos nos estamos preparando porque tenemos la protesta a domicilio y la vamos a montar. Nosotros vamos a estar en primera fila”.

“Aquí hay una sola persona que habita en el Viejo San Juan que está de más y se autoexilió encabezando la porquería y la porqueriza de chat que tiene indignado a todo el mundo en este país que tiene vergüenza incluyendo a la mayoría de la gente del PNP con la que yo he hablado”, expresó el abogado.

Edificios pintados, adoquines arrancados y mucha basura luego de las manifestaciones contra el gobernador de Puerto Rico.

Residentes y comerciantes están dolidos con lo ocurrido

Las puertas de la Catedral de San Juan amanecieron pintadas con mensajes, algunos soeces, exigiendo también la renuncia de Rosselló Nevares. José Otero, quien asiste a misa con frecuencia sostuvo que le sorprendió ver la iglesia cerrada.

“Yo vine ahora por la mañana a ver si estaba abierta y me encuentro cerrada. Lo que sucedió anoche fue grande. Hay que perdonarlo, si la persona no tiene perdón en su corazón no está bien. Hay que darles espacio a las personas”, opinó Otero, mientras miraba con asombro los mensajes.

Carlos Alexis López, un pequeño comerciante del Viejo San Juan, fue el que tuvo la iniciativa de comenzar a pintar las paredes de la Catedral. Entre los mensajes se encontraba uno que decía “Ricky cabr…” y otro en contra del coloniaje.

“Esto que hicieron aquí me duele mucho. Esta gente a mí no me representa”, afirmó.

Dijo que cuando vio por los medios de comunicación lo que ocurrió anoche, pensó en que llegaría con latas de pintura a trabajar. Su primera parada fue la Catedral de San Juan, una de las más antiguas de las América.

“Chica, esta es la casa de Dios y tú no vas a la casa de Dios a hacer estas cosas. Estas cosas allá arriba lo ven. No hay ninguna razón para hacer esto. Lo único que podía decir aquí es gracias Señor, porque estamos vivos”, comentó el comerciante.

Ida Passalacqua, una residente del Viejo San Juan, salía hacer sus ejercicios en la mañana cuando observó a López pintando la Catedral. Entonces, decidió unirse.

“Yo vivo aquí y no quiero esto. Quiero que protesten, pero sin dañar la Catedral ni ninguna estructura, pero aquí viene gente, que el comercio lo necesita”, manifestó.

La residente, además, les recordó a los manifestantes lo difícil que es arreglas estructuras en el Viejo San Juan. Dijo que hasta para pintar necesitan conseguir un permiso del Instituto de Cultura Puertorriqueña.

“Pueden protestar, pero no hacer estas cosas”, sostuvo.