Después de haber gastado $1,000 arreglando el tren delantero de su Nissan Altima, la maricaeña Jeryline Curet decidió que lo mejor para su familia era salir del auto compacto y comprarse una guagua. 

La inversión la hizo para estar un poco más segura mientras conduce durante la semana por la carretera PR-106, en dirección de Maricao a Mayagüez. Ella utiliza esta vía dos veces al día, pues lleva y recoge a su hija en un colegio de San Germán. 

“Ahora casi voy a cero millas, por los rotos que hay... Y voy bajando todos los santos. Llevo la guagua llena”, soltó la mujer, una de las tantas víctimas de las precarias condiciones de las vías públicas del país. 

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Mientras Jeryline sufre, Dennis Rivera, propietario de Dennis Towing, está muy contento. Es que después del devastador paso del huracán María, el 20 de septiembre de 2017, ha visto cómo su servicio de grúa es cada vez más solicitado. 

El gruero remolca “un promedio de dos a tres carros diarios” en la zona de Mayagüez, la región en la que más se registran querellas de conductores por los daños que sufren sus vehículos al caer en los boquetes que tienen las carreteras, de acuerdo con información provista por el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP). 

“Tengo muchos más (casos) de María para acá. Eso ha ido en ascenso. Gracias a Dios, hay trabajo. Tengo que vivir de la desgracia de los demás”, lamentó al revelar que las carreteras donde ocurren más incidentes son la PR-2 y la PR-342, de El Maní hacia Miradero, ambas en la zona de Mayagüez. 

Rivera contó que cada vez que recibe una llamada de un conductor afectado por un hoyo para solicitar su servicio de grúa la reacción es similar. 

“Muchos están molestos por la situación del país, de las carreteras. Expresan su molestia por el deterioro de las vías de rodaje, no solo por los hoyos, sino también porque no desyerban las orillas, porque la visibilidad es poca. Cuando llaman están furiosos, muchas féminas se echan a llorar del coraje, de la frustración”.  

No obstante, este malestar de los conductores no parece verse reflejado en las estadísticas del DTOP de los reclamos que hacen los ciudadanos por los hoyos en las carreteras.

En el 2015, unas 200 personas pidieron que el estado se hiciera cargo de la reparación de sus vehículos; en el 2016 fueron 197; en el 2017 la cifra cayó a 121; y en el 2018 ya suman 190 querellas, informó Pedro de Jesús, la persona autorizada en la agencia para aprobar los pagos de hasta $1,000 por los daños que sufre un auto al caer en un hoyo. 

Por ejemplo, Curet dijo desconocer que el estado pudo haberle pagado los $1,000 que le costó arreglar el tren delantero de su auto compacto, el cual se afectó por la crítica condición de la carretera PR-106. 

“No tenía conocimiento que se podía reclamar”, expuso. 

El gruero Rivera, por su parte, indicó que cada vez que socorre a un conductor le informa que cuentan con este beneficio.

“Muchas veces uno se lo dice, pero ellos dicen que es una pérdida de tiempo. Como el gobierno es tan calmoso para esos casos, no quieren ni hacerlo. Dicen que es una pérdida de tiempo y terminan resignándose a tener que asumir ellos el gasto”, detalló. 

Paga por ley

La realidad es que desde hace 63 años existe la Ley 104 del 29 de junio de 1955, titulada Ley de Reclamaciones y Demandas contra el Estado, que les permite a los conductores reclamar los daños que su vehículo tiene tras caer en un boquete. 

De Jesús explicó que la regulación creó un fondo especial que cubre los daños de los vehículos hasta $1,000. 

El proceso para reclamar el daño y obtener el pago, según alegó el asesor legal, demora entre 30 a 45 días. Este es muy similar al que una aseguradora somete a un conductor cuando tiene un accidente vehicular. 

La primero que un conductor necesita es una querella de la Policía en la cual  se exponga que el incidente ocurrió en una carretera estatal, las que siempre están identificadas por las siglas PR. 

También tiene que someter fotos de cómo quedó el vehículo y del hoyo, así como tres estimados del costo de la reparación; esos documentos tienen que llevarlo a alguna de las oficinas regionales del DTOP para hacer la querella.

Si los daños sufridos sobrepasan los $1,000, el ciudadano deberá firmar un documento para renunciar al exceso de esa cantidad, o llevar una demanda de daños ante el tribunal para reclamar la suma total de la reparación, explicó el funcionario. 

“La media es que las reclamaciones son de entre $600 a $800 por los aros, los frentes (delanteros), las gomas, los bumpers, pero sobre todo los aros”, dijo De Jesús. 

El funcionario también explicó que la persona puede someter la reclamación después de haber reparado su auto. Sin embargo, debe cumplir con todos los requisitos, en especial el que expone que la querella policiaca debe hacerse dentro de un periodo de 24 horas después de haber caído en el hoyo.

Más allá de que el conductor reciba una paga, el beneficio de hacer un reclamo de daños es para todo aquel que utiliza la vía pública. 

“Normalmente, se atiende bastante rápido por la (oficina) regional el ir a tapar ese hoyo”, destacó el funcionario, al comentar que hasta el momento no se ha registrado más de un reclamo de conductores que hayan caído en un mismo hoyo. 

¿Cómo reclamo los daños?

Para solicitar que el Gobierno le cubra los daños que sufrió su  vehículo  tras caer en un hoyo, el conductor debe acudir a una oficina regional del DTOP y llevar: 

- Una querella de la Policía que sea solicitada a menos de 24 horas del incidente

- Fotos del hoyo

- Fotos que muestren la tablilla y  los daños del vehículo

- Tres estimados de las reparaciones preparados por mecánicos autorizados