Ante una multitud que llegó de día, pero que permaneció hasta la noche, una enérgica Carmen Yulín Cruz Soto juramentó ayer como la tercera alcaldesa de San Juan y se comprometió a dar su alma “para que la gente de San Juan construya, respire y viva un contrato social diferente”, una promesa que, ella sabe, no estará exenta de tropiezos.

Vestida de blanco, “la Pitirre”, como se refiere ella a sí misma, elogió el trabajo de todos los hombres y mujeres que así lo hacen y citó a René Pérez, de Calle 13, con la frase “si quieres cambio verdadero, camina distinto”.

“Hace siete meses les dije que era posible crear una alianza transformadora que generara una fuerza de cambio verdadero en nuestra forma de gobernar. Hace siete meses les dije que hiciéramos eco de las palabras de René, Residente, Calle 13”, dijo la alcaldesa, quien tenía al vocalista como uno de sus invitados, sentado justo detrás de su madre y el gobernador, Alejandro García Padilla.

Los actos oficiales comenzaron con 45 minutos de retraso y tuvieron que ser interrumpidos casi inmediatamente por un intenso pero corto aguacero que dejó a muchos mojados y a otros los obligó a sacar la sombrilla. “Aquí nadie está hecho ni de azúcar ni de papel, así que llueva lo que tenga que llover”, dijo desde la tarima.

Con un lenguaje siempre inclusivo, mencionó a las comunidades de Cantera, a las que rodean al caño Martín Peña, mencionó a religiosos, a inmigrantes y, como era de esperarse, a los universitarios y la Universidad de Puerto Rico, una alusión que dejó entrever una pequeña amenaza hacia el gobernador, quien había caminado con ella hacia la tarima.

“Les dije también que hoy iba a ser el comienzo de una época donde en San Juan íbamos a trazar una visión donde inequívocamente dejamos claro que se acabó el abuso. Por eso, hoy rendimos homenaje a los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico. Y nuestra universidad es representada por los presidentes de los Consejos de Estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Están aquí porque se acabó el abuso”, expresó al tiempo que les pidió a los representantes de los consejos que se pusieran de pie.

“¡Once recintos, una UPR!”, coreó la alcaldesa, quien no siguió protocolo alguno y lució relajada todo el tiempo.

“Señor gobernador, en las pasadas semanas, algunos que no han querido o no han entendido el mandato de la gente andan hablando que la cuota impuesta a nuestros estudiantes debe permanecer. Sabemos que usted habrá de cumplir su promesa de eliminar la cuota de la Universidad, respetando la autonomía universitaria. Que lo sepa usted, gobernador, que si por alguna razón algunos elementos que todavía se quedan en el pasado deciden retrasar esta decisión de justicia y de conciencia, aquí hay un ejército, desde San Juan, que va a defender la Universidad desde sus portones”, afirmó la alcaldesa, que más de una vez se ha puesto camisetas de protesta en solidaridad con los estudiantes.

Sentado en la tarima, García Padilla reía y aplaudía, risa que precedió una pequeña intervención en la que afirmó que le devolvería la autonomía a la Universidad, lo que permitiría eliminar la cuota de $800.

“¡La Universidad se respeta!”, gritó la nueva alcaldesa.

Cruz Soto hizo una mención especial y hasta pidió un aplauso para los empleados del Municipio de San Juan, los mismos que aseguró –al ganar las elecciones– que no los botaría si hacían su trabajo, por haber logrado poner en condiciones el parque Luis Muñoz Marín, donde desde un principio dijo que quería jurar su cargo.

“Muchas gracias a todas y todos por acompañarme en este día donde le devolvemos este hermoso parque Luis Muñoz Marín a la gente de San Juan. Desde hoy, este parque será símbolo de que los espacios de esta ciudad capital son de la gente y para la gente”, destacó.

Al mencionar a Eugenio María de Hostos, Rafael Cordero Santiago, José Aponte de la Torre y William Miranda Marín como ciudadanos que dieron cátedra de cómo transformar con voluntad y arrojo, señaló que manejaría la ciudad “con la sensibilidad de Felisa Rincón, la humildad de Héctor Luis Acevedo y la atención a la autogestión de Sila María Calderón”.

Para demostrar que honraría los acuerdos colaborativos, en tarima tenía a los 21 representantes de los acuerdos que fueron promesa de campaña. “Son 21 acuerdos que vamos a cumplir. Porque como dije tantas veces en estos siete meses, yo no hago promesas de campaña, yo hago compromisos de vida”, reiteró.

“Y mientras vayamos todas y todos juntos cumpliendo cada uno de estos acuerdos, y muchos otros que surgirán en la marcha, lograremos que en San Juan las alianzas pasen de la prédica a la práctica, del sermón a la acción, como dicen mis amigos de Casa Pueblo: ‘De la protesta a la propuesta’”, continuó.

Al hablar de la política pública establecida por el ex alcalde Jorge Santini –que permitía pagar patentes en especie–, Cruz Soto indicó que todo el mundo tiene que pagar en dinero. “Aquí bailamos todos o rompemos la vitrola”, expresó. Y, en inglés, afirmó que no cerraría la escuela bilingüe.

Al final de su discurso, la alcaldesa les pidió a los sanjuaneros y sanjuaneras que no la dejen sola, y terminó con la frase del día de las elecciones, cuando aún no había sido confirmada: “Mi nombre es Carmen Yulín y soy alcaldesa de San Juan”.

La juramentación 

Carmen Yulín juramentó sobre la Biblia de doña Fela. 

La mayoría de los invitados, así como los ujieres, estaban vestidos de blanco y crema. Previo a la juramentación, en el cielo se observaron dos arcoíris. 

Al terminar los actos protocolares, empezó a sonar Amanece mientras se iluminaban los troncos de los árboles con luces blancas. 

La esposa del alcalde de Guaynabo, Héctor O’Neill, se cayó en tarima, probablemente porque el piso se mojó tras el aguacero.

La alcaldesa le entregó al gobernador, Alejandro García Padilla, una bandera  de Puerto Rico de color  azul celeste.

Aníbal Acevedo Vilá fue el más aplaudido de los políticos.

Carmen Yulín bromeó con que hoy recibirá una llamada de la ex gobernadora Sila María Calderón  por no haber seguido el protocolo. Sin embargo, acto seguido, la llamaría Aníbal Acevedo Vilá agradeciéndole que no lo haya hecho. 

Dijo que dirigiría  a San Juan con la sensibilidad de Felisa Rincón de Gautier. En ese momento, sacó un abanico que le perteneció a la ex alcaldesa.

Carmen Yulín llegó a tarima con el gobernador Alejandro García Padilla. Ambos se ubicaron entremedio de la banda musical de la congregación Mita. 

Bromeó con que intentó seguir cierto protocolo. “Al menos no me puse la bandana”, dijo. 

Fue presentada por su hija, Marina Paul.

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Regañó a una persona que gritó desde el público: “Sufre, Santini”. La alcaldesa respondió: “No sigamos utilizando nuestra energía en el pasado”.

Desde el público le gritaron al gobernador: “Tú eres mío” y él respondió: “Sí, soy tuyo. Gobernador de todos ahora, mi amor”.

En cierto momento, mandó a ponerse de pie a todas las mujeres y a que miraran a su lado: “Somos más, somos la mayoría del país”, les dijo.

El ex candidato a la comisaría en Washington Rafael Cox Alomar llegó terminada la juramentación, según se anunció desde tarima. 

Durante su mensaje, acuñó la frase “se acabó el abuso”.

Llegó al parque Luis Muñoz Marín dos horas antes de la juramentación, tiempo que aprovechó para mezclarse con el público. Cantó trova, bailó, repartió besos y lució una bandana, por eso de que no podría hacerlo durante los actos oficiales. En la noche volvió a cantar junto con Hilda Ramos y Dagmar.

¿Quién es Carmen Yulín Cruz?

Nació en San Juan el 25 de febrero de 1963. Cursó su bachillerato en la Universidad de Boston, donde se graduó magna cum laude de ciencias políticas. Hizo maestría en la  Universidad de Carnegie Mellon, en Pittsburg, Pennsylvania, donde fue la primera estudiante en recibir el Spirit Award.

En su vida profesional, ha sido directora de recursos humanos de varias compañías privadas. En 1992 regresó a Puerto Rico, y su deseo de servirle al país la llevó a ser asesora de la alcaldesa de San Juan, Sila María Calderón. En el 2001 se convirtió en asesora del presidente de la Cámara de Representantes, y ahora juez del Tribunal de Apelaciones, Carlos Vizcarrondo Irizarry.