No hay certeza tampoco de cuánta de esa agua podría ser todavía apta para el consumo humano, pues según declaró Justo Hernández, coordinador alterno para operaciones de FEMA en Puerto Rico, “no te puedo decir que toda el agua está buena, pero tampoco te puedo decir que toda el agua está mala”.

Tampoco está claro todavía qué fue lo que llevó a un funcionario de la Administración de Servicios Generales (ASG) a solicitar el enorme cargamento de agua para Puerto Rico, pagando $1,068.48 por el mismo, para que ayer le fuera devuelto a FEMA, mientras continúa deteriorándose bajo las inclemencias del clima. 

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El cargamento tiene un valor de venta estimado de $22 millones por la Administración Federal de Servicios Generales (GSA en inglés). Primera Hora solicitó a FEMA la cifra de cuánto pagó por el mismo, pero al cierre de esta edición, la información no fue provista.

Ayer en la tarde, luego del revuelo e indignación provocados por las imágenes de las miles de paletas cargadas con botellas de agua que continúan bajo el fuerte sol, la agencia intentó explicar lo ocurrido. 

Aunque Hernández ofreció su versión de los sucesos en Ceiba junto al secretario del Departamento de Seguridad Pública (DSP), Héctor Pesquera, todo el asunto sigue dejando numerosas interrogantes. 

Según Hernández, en enero pasado FEMA determinó que había un exceso de agua.

Entonces, “decidimos poner esa agua en el piso, en el ‘tarmac’ (la pista) porque teníamos esa agua en contenedores o almacenes a través de la Isla. En enero 22, teníamos 1,157 contenedores llenos de agua que era en exceso. Y teníamos todos esos contenedores que teníamos que devolverlos”, indicó Hernández, quien agregó que aunque había exceso, por la magnitud de la misión y la incertidumbre que se mantenía en la Isla tras el paso del huracán María, querían asegurarse que hubiera suministros suficientes “para cualquier eventualidad”.

Aclaró que el agua se reciclaba constantemente. 

De hecho, luego de tomar la decisión de que había sobrante de agua, continuaron repartiéndola hasta mayo pasado. 

“Ese cargamento que ves ahí no es el cargamento que estaba en febrero. Nosotros pusimos paletas en febrero y por ahí seguimos poniendo paletas y sacando paletas de la misma área. Y seguimos dando agua de ese suministro”, dijo. 

Entretanto, tras FEMA detectar en febrero pasado que tenían 19,841 paletas de más, para abril pusieron todo el suministro bajo la GSA, para que cualquiera interesado “pudiera tener acceso a ese exceso de agua”; fue entonces que el funcionario de la ASG, el 26 de abril, pidió el agua para el gobierno de Puerto Rico. 

Pesquera dijo desconocer por qué se solicitó el agua. 

“Lanzamos una investigación administrativa para averiguar por qué se pidió el agua. No tengo una respuesta”, confesó Pesquera. 

El gobierno de Puerto Rico ayer devolvió el agua a FEMA a través de la GSA y “volvió a ser propiedad de FEMA en Puerto Rico”, explicó Hernández. 

Ambos funcionarios no pudieron responder cuánto terminaría costando a la gente el lleva y trae en la ASG y FEMA.

Hernández expresó que había investigaciones en curso sobre el proceso de entrega de suministros y que estarían mirando el asunto. 

En cualquier caso, el funcionario de FEMA fue enfático en que “en ningún momento ni el gobierno federal, ni el gobierno estatal, puso en peligro la salud de ningún ciudadano en Puerto Rico con los suministros que trajimos. Nadie se ha reportado enfermo por usar las comidas y las aguas de FEMA”.

Sobre el futuro del agua, Hernández dijo que “vamos a usar los recursos y los procesos federales para disponer apropiadamente de esa agua”. 

No precisó cómo sería esa disposición o si el agua podría ser utilizada para algún otro fin que no fuera el consumo humano. Dijo que se había puesto en marcha un proceso para determinar eso.

No obstante a las muchas interrogantes, para Pesquera no queda más que decir.

Al concluir la conferencia, hizo énfasis en que cree “que esto concluye ya este tema”. 

“Se ha dicho y se ha desdicho todo lo que pasó con el agua. Así que yo creo que todo el mundo tiene que haber entendido exactamente lo que pasó, cómo pasó, cómo ocurrió, y dónde estamos el día de hoy”, finalizó.

FEMA asegura que el cargamento abandonado con el preciado líquido no le pertenece, y que el gobierno estatal debe responder por el hallazgo en la antigua base naval en Ceiba.