La plazoleta del Centro Gubernamental Minillas, en Santurce, lucía hoy en la mañana desolada. En vez del usual ir y venir de empleados de una torre a otra y el tráfico constante de visitantes que buscan servicios en la colecturía o alguna oficina del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP), en el lugar apenas se encontraban cinco empleados de la Autoridad de Edificios Públicos (AEP) limpiando los escombros que dejó a su paso el huracán María.

El gobernador Ricardo Rosselló convocó a los empleados públicos a, en la medida que fuera posible, regresar hoy a sus lugares de trabajo. Esos que no pudieran llegar a las oficinas a las que están asignados, podrían acudir a alguna que estuviera más cerca de su residencia.

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Pero los retos que enfrentan los ciudadanos, ya sea en sus hogares, por los problemas en las telecomunicaciones o por los retos para conseguir gasolina, impidieron que la mayoría de los servidores públicos se reportaran a trabajar, según pudo observar este medio.

De todos modos, la mayoría de los empleados que sí llegaron a laborar en Minillas fueron enviados a sus residencias a mediodía pues era poco lo que podían hacer.

“La gente viene buscando servicios, pero no podemos ayudarlos. No tenemos sistema, no tenemos cómo operar, cómo cobrar, no hay recaudos. Estamos aquí con la planta eléctrica”, señaló Janisse Collazo, empleada de la Administración de Sistemas de Retiro.

En la Torre Norte de Minillas, el generador eléctrico solo suplía electricidad a los ascensores, el sexto piso y el duodécimo piso, indicó Rosalyn Soto, empleada de Contraloría de la AEP.

“Vinimos a trabajar, pero no es mucho lo que podemos hacer. El sistema se cae. Los pisos son herméticos, las ventanas no abren”, relató Soto. De unos 28 empleados que laboran en su oficina, Soto detalló que se presentaron a trabajar cerca de seis.

En el Centro Judicial de Bayamón, un puñado de carros se observaban en el estacionamiento temprano en la mañana. Un guardia de seguridad de una compañía privada se mantenía en la entrada posterior del lugar para evitar que entraran personas que no fueran empleados.

Los que sí tenían trabajo de sobra era los empleados de mantenimiento y conservación. El huracán no tan solo hizo que cayeran árboles en la zona de Minillas, sino también una estructura decorativa de metal ubicada frente a la sede del Banco Gubernamental de Fomento.

“Tenemos demasiado trabajo”, sostuvo Pedro Soto, empleado de la AEP, mientras llevaba una pila de hojas -ya secas- y ramas hacia el espacio donde la estaban acumulando cerca de la Colecturía.

Aunque regresar a trabajar supone un reto de logística, pues conseguir gasolina para los automóviles se ha convertido en una misión casi imposible, es un paso que necesita el país para encaminar la recuperación tras la devastación que causó el huracán María, reflexionó Collazo.

El trabajo que se ha realizado en los últimos días para levantar al país evidencia el compromiso de cientos de empleados públicos, sentenció Edwin Ríos, empleado de conservación de la AEP.

“Los empleados públicos estamos sacando la cara. Entendemos que hay una situación en el país, pero no es momento de buscar culpables, nuestra satisfacción es hacer mi parte para ayudar”, expresó Ríos.