La Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (Heend) se manifiestó esta mañana frente al Teatro de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto de Río Piedras, donde se realizaba la ceremonia de investidura del presidente de la institución, Jorge Haddock.

El evento, que no se hacía desde las décadas de los años ’80, representa un gasto innecesario para la institución y los recintos “en momentos en que en la Universidad estamos pasando una crisis”, según denunció la presidenta de la Heend, Jannell Marina Santana Andino, en entrevista con Primera Hora.

“Este señor pretende invertirse con fondos internos de la UPR y con fondos que pidió a todos los recintos que aportaran. Entendemos que esto es una burla a la comunidad universitaria cuando estamos pasando una crisis. Les quitan beneficio a los empleados, le aumentan los costos de matrícula a los estudiantes, les cierran secciones a los profesores y mientras tanto el presidente y su equipo de trabajo de la alta gerencia se dan aumentos constantemente y tienen unos sueldos exorbitantes que sobrepasan de los $70,000 al año. Si él lo que estaba buscando era un premio, el premio mayor que tuvo fue ser el presidente mejor pagado en la historia de la UPR. Este presidente se gana $240,000 al año, más un domicilio, más carro y chofer”, alegó la líder sindical.

Santana Andino también reprochó que se le haya comprado una toga con boina doctoral y otros artículos, algunos con el logo de la UPR, por el costo de $1,233.37.

“Yo tengo copia de la orden de compra”, indicó la mujer, quien prometió hacer entrega del documento a este medio.

También cuestionó la compra de otras tres togas para los miembros de la Junta de Gobierno de la UPR por un monto que dice haber superado los $3,000.  

La presidenta de la Heend comentó que en su manifestación reclaman un plan médico digno, que se firme el convenio colectivo y que se respete la institución universitaria.

“Hemos tenido presidentes, que uno puede tener sus diferencias, pero son académicos como Jaime Benítez y Norman Maldonado y estas personas nunca tuvieron una investidura”, destacó.  

En una breve reacción a la denuncia, pues se encontraban en medio del evento, la portavoz de prensa de la UPR, Joan Hernández, aludió a que presuntamente la investidura del presidente contaba con “mucho apoyo de la comunidad universitaria”.

Aclaró que las togas se compraron para las graduaciones, no con motivo de la investidura.

En el caso de las togas de los síndicos, dijo que “se adquirieron para que permanezcan en la institución para la presente y futura” Junta. Alegó que las antiguas estaban “desgastadas”.

Mientras, alegó que, a todos los demás presidentes, aún fuesen interinos, se les ha comprado su toga.

Asimismo, Hernández envió la carta en la que la vicepresidente de la Junta de Gobierno de la UPR, Zoraida Buxó, comunicaba a la comunidad universitaria los actos de investidura. La misma alude a que la actividad sería una “sencilla” y que se realizaba a casi un año de ser electo al cargo, porque se concentraron en los pasados meses en los requisitos de acreditación.

“La ocasión presenta una gran oportunidad para comunicar el mensaje sobre el presente y la visión de futuro y transformación para la UPR”, destaca la misiva.

Por otro lado, Margarita Méndez, quien dirige el área de Filantropía en la UPR, informó en comunicado de prensa que "el costo del evento fue mínimo, pues procuramos realizar una ceremonia sencilla utilizando los recursos internos y contamos con la colaboración de los recintos, por lo que no hubo que incurrir en mayores gastos. Distinto a una graduación, cuyo costo fluctúa en los $40,000, la actividad tuvo un costo estimado en los $5,500”.