Las autoridades de Puerto Rico admitieron el viernes varias fallas al revelar las causas de la crisis económica que tiene al territorio estadounidense en recesión desde hace 11 años, en momentos en que una junta de control federal está exigiendo más transparencia sobre las finanzas de la isla. 

Las autoridades revelaron que durante décadas, no se sabía cuántas cuentas bancarias tenía el gobierno, que las agencias públicas usaban uno de cuatro sistemas distintos de contabilidad y que los contratistas del gobierno cobraban más cuando no se les pagaba a tiempo. 

El director de la agencia fiscal de Puerto Rico, Gerardo Portela, dijo que una auditoría aún en curso halló 6,800 millones de dólares en 800 cuentas oficiales. Destacó que de esos fondos, 4,300 millones de dólares no se pueden usar debido a restricciones financieras. 

Enfatizó además que las compañías de electricidad de la isla están en peligro de quedarse pronto sin fondos. 

Las declaraciones se ofrecieron durante una audiencia pública de la junta, en momentos en que el gobierno de Puerto Rico insiste en que se le está acabando el dinero y necesita más asistencia federal de Estados Unidos, especialmente tras el golpe del reciente huracán. 

Portela avisó que su despacho dará en los próximos meses más detalles sobre el origen de los fondos y sobre si hay maneras de cambiar las restricciones para que se pueda recibir más financiamiento, como lo ha pedido la junta. 

Dijo que el gobierno tiene un saldo presupuestario de 1,700 millones de dólares y que las empresas de electricidad, agua y drenaje de la isla se quedarán pronto sin fondos a raíz del impacto del huracán que dejó daños por 95,000 millones de dólares. 

Expresó que la falta de liquidez es un problema grave que debe ser enfrentado en lo inmediato y que aunque se han tomado medidas extraordinarias para conseguir más liquidez, no son sostenibles a largo plazo. 

Las autoridades federales recientemente enviaron una carta a Portela avisándole que temporalmente retendrían un préstamo de 1,000 millones de dólares que ya había sido aprobado por el Congreso, por considerar que Puerto Rico tenía los fondos suficientes. 

Ante ese anuncio, la junta de control federal y los funcionarios locales están tratando de encontrar nuevas fuentes de ingresos, en momentos en que la isla trata de reestructurar parte de su deuda pública de 73,000 millones de dólares. 

Un integrante de la junta, José González, dijo que todas las fuentes de ingresos han sido identificadas, incluso algunas descartadas anteriormente, simplemente por prácticas de gerencia tradicionales. 

Funcionarios del gobierno dijeron que consideran cerrar o consolidar ciertas cuentas y crear un sistema de contabilidad más centralizado, tras décadas de lo que los críticos consideran una mala administración e ineficacia. 

Un exsecretario del tesoro de Puerto Rico, Juan Zaragoza, dijo que parte del problema es que exfuncionarios del gobierno inicialmente no buscaron información ahora solicitada por la junta. Recordó que una vez se le pidió cerrar todas las cuentas del ahora desaparecido Banco de Fomento, que supervisaba las transacciones de deuda de la isla. 

Dijo que creía que hallaría 30 o 40 cuentas pero halló 644 y que a nadie se le había ocurrido hacer un inventario de las cuentas porque era sabido que había suficiente dinero. 

Zaragoza criticó otras tendencias pasadas, como la falta de un presupuesto para asuntos de impuestos y la tendencia a sobreestimar los ingresos. 

La directora ejecutiva de la junta, Natalie Jaresko, dijo que si bien la junta aprendió mucho sobre las prácticas financieras de Puerto Rico, se necesita trabajar más en el asunto y mejorar la transparencia y el sentido de responsabilidad.