Que modere el tono de sus expresiones, ese fue uno de los reclamos que le hizo la Overseas Press Club de Puerto Rico al secretario del Departamento de Seguridad Pública, Héctor Pesquera.

Y es que el pasado miércoles, durante una conferencia de prensa en La Fortaleza -y en presencia de la secretaria del Departamento de Justicia y otros funcionarios- el periodista Jesús Rodríguez García le cuestionó Pesquera sobre los gastos de su escolta personal.

Entonces, tras responder la pregunta de forma imprecisa y usando un tono informal, que acompañó con muecas, el secretario le preguntó desde el podio al periodista: “¿qué te parece eso? ¿ah? ¿ah? ¿y ahora?”, lo que provocó algunas risas en el salón, incluyendo a la jefa de Justicia, Wanda Vázquez Garced.

“La Junta del OPC considera que situaciones como la del pasado miércoles no deben repetirse en aras de mantener una relación que denote respeto mutuo y compromiso con el país. En ánimo de fomentar el intercambio de ideas sosegado que Puerto Rico necesita, el OPC hace un llamado público al Secretario para que modere el tono de sus expresiones y mantenga el nivel de la discusión que ameritan los temas relevantes y sensitivos que maneja”, expresaron en una comunicación escrita a la prensa.

Además, el gremio destacó que no es la primera vez que el funcionario público, que tiene un salario de unos $248,500 anuales, les contesta así a periodistas que están ejerciendo su labor.

“De haber sido ésta la primera vez, quizás el suceso pasaría desapercibido. Sin embargo, el exabrupto del miércoles es el más reciente de los intercambios desafortunados que el secretario Pesquera acostumbra tener en el ejercicio de su deber de responderle a los periodistas. En muchas ocasiones, Pesquera ha increpado en tono destemplado a quienes lo cuestionan, poniendo en duda sus motivaciones y hasta la pertinencia de lo que se le pregunta. Quizás inadvertidamente el Secretario pasa por alto que, al reaccionar de esa manera, abona a un clima de animosidad hacia la clase periodística que, como principal encargado de la seguridad en el país, en última instancia le corresponde también proteger”, sostuvieron.

Asimismo, el OPC resaltó que el secretario de Seguridad no es el único funcionario de esta administración que se comportan de esta manera con la prensa.

“Reconocemos que el Secretario Pesquera no es el primero ni el único que ha incurrido en esta conducta. No obstante, con el fin de promover el debate inteligente y maduro sobre temas públicos, debería ser el último”, añadieron.

Los periodistas boricuas no se amedrentan

Asimismo, la Asociación de Periodistas de Puerto Rico, presidida por Damaris Suárez, expresaron su sentir sobre la situación.

A continuación las declaraciones íntegras:

Los periodistas tenemos una responsabilidad social de dar voz, luz, información y respuestas al pueblo de Puerto Rico. En ocasiones, nuestra función puede incomodar a quienes temen rendir cuentas o ser transparentes en su gestión pública, y reaccionan con ofensas contra periodistas.

Las personas que reaccionan así no entienden que atacar a un periodista por preguntar es igual que agredir a un trabajador por hacer su trabajo, con el agravante de que el periodista trabaja por el derecho a la libertad de expresión amparado por la Constitución. No entienden que ponernos trabas o intentar impedir nuestro trabajo menoscaba la libertad de prensa y menosprecia al mismo pueblo.

Ese tipo de acciones reprochables de parte de jefes de agencias gubernamentales, corporativas, legales y académicas se han vuelto común, aunque no son nuevas. Pero, cuando tienen que comunicar algún asunto noticioso, recurren a la prensa para difundir su noticia esperando un trato profesional, balanceado e imparcial. De la misma manera, quien venga a bien contactar la prensa y ostente algún tipo de poder, se espera que tenga un comportamiento impecable y respetuoso.

Reconocemos que es un campo difícil. Más aún para personas no capacitadas o sin méritos para ocupar ciertos cargos. La lección que necesitan aprender es que responder a una pregunta con un ataque solo estimula mayor interés. ¿Qué esconden?, se preguntaría Juan y Juana del Pueblo.

Las faltas de respeto, mofas y reacciones irrespetuosas hacia la prensa o cualquier ciudadano dicen más de quien las hace que de quien las recibe.  Pueden estar motivadas por esconder sus limitados conocimientos o una verdad, por arrogancia o tratar de desviar la atención de algo importante, entre varias posibles explicaciones.

El caso es que, después del desahogo impropio, los periodistas seguimos trabajando. La mofa se convierte en motivación para continuar hacia adelante e investigar.

Los periodistas de Puerto Rico no se amedrentan. El respeto se gana y debe ser mutuo. Después de todo, el último recipiente de la información es el pueblo.