Una de las víctimas de las terapias de conversión urgió hoy al gobernador Ricardo Rosselló Nevares a aprobar una orden ejecutiva que prohíba esta práctica en la Isla.

El llamado surgió luego de que la mayoría novoprogresista de la Cámara de Representantes decidiera ayer no darle paso al proyecto del Senado 1000 ante la falta de estadísticas y datos que sustente que esta práctica está ocurriendo.

Alejandro Santiago Calderón, de 30 años, constató que estas "terapias reparativas" ocurren en Puerto Rico y son dirigidas por iglesias. Lo sabe pues mientras intentaba establecer su identidad y buscar amor en iglesias pentecostales, fue sometido a ellas en tres ocasiones desde los 18 a los 25 años. 

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"Que el gobernador, como orden ejecutiva, ponga en función el proyecto (del Senado) 1000", clamó el joven durante una conferencia en la Coordinadora Paz para la Mujer.

El joven expuso que ha padecido de trastorno de ansiedad, depresión y "constantes ideas suicidas", debido al trato recibido en estas terapias. A modo de ejemplo, indicó que estuvo tres meses durmiendo en el suelo y lo obligaban a ayunar entre 12 a 16 horas. 

"Les aseguro que en todos los espacios religiosos así ocurre", afirmó. 

Señaló que debe haber una regulación para evitar que los pastores y las iglesias continúen con estas prácticas. Por ello, entiende que una orden ejecutiva sería por el momento una acción urgente para tratar el tema, mientras logran conversar con los legisladores para que reconsideren y atiendan la medida.

Asimismo, Santiago Calderón opinó que tal vez la decisión de no darle paso al proyecto ocurrió "para chantajear al gobernador ante el posible veto al proyecto del aborto".

Pero más allá de las controversias políticas, el joven urgió a darle fin a la posibilidad de que ocurran estas terapias, ya que le hacen daño emocional a la persona y no detiene el proceso de aceptar la homosexualidad. 

En la conferencia, al menos una segunda persona alegó haber sido víctima de estas terapias hace décadas. "El daño es irreparable", indicó, por su parte, Justin Jesús Santiago Gómez, quien fue sometido a tratamiento psiquiátrico en la década de los '70 para que reprimiera sus sentimientos de sentirse hombre cuando había nacido como mujer.