Un regulador independiente es crítico para realizar la modernización y transformación del sector energético de Puerto Rico, así lo subrayó hoy la Junta de Supervisión Fiscal en una misiva enviada al senador Larry Seilhamer Rodríguez, presidente de la Comisión Especial de Asuntos Energéticos.

El ente federal impuesto por el Congreso definió un regulador de energía independiente como uno con el poder de tomar determinaciones a la par con los estándares de la industria y las necesidades de política pública. 

 “La presencia de un regulador fuerte e independiente es un elemento clave para inyectar confianza, estabilidad y previsibilidad en el mercado energético de Puerto Rico a medida en que hace la transición hacia un sistema moderno de energía”, expresó la directora ejecutiva Natalie Jaresko en declaraciones escritas.

El organismo con suprapoderes gubernamentales también recalcó la importancia de tarifas justas, servicio confiable de calidad, inversiones juiciosas de infraestructura, y un ambiente de trabajo libre de política. 

“Igual de importante es garantizar un regulador que trascienda los ciclos políticos, promoviendo servidores públicos de carrera y asegurando fuentes independientes de financiamiento, sin la necesidad de asignaciones legislativas o gubernamentales o de desembolsos del gobierno central”, añadió. 

Haciendo referencia a los requerimientos del Plan Fiscal certificado de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), la carta también identifica las medidas transformacionales necesarias más críticas, incluyendo: la reestructuración exitosa de las obligaciones de deuda de la AEE, la privatización de los activos de generación de la utilidad, y la concesión del sistema de transmisión y distribución de la AEE.