La junta federal que supervisa las finanzas de Puerto Rico presentó el viernes un plan largamente esperado con el que pretende reducir la deuda de la isla en más de un 60% y salvarla de la bancarrota.

El plan surge tres años después de que el Congreso estadounidense creó la junta y reduciría los pasivos de la isla de 35,000 millones de dólares a 12,000 millones, una medida que algunos creen que ayudaría a aliviar la crisis financiera de Puerto Rico en medio de una recesión que comenzó hace 13 años.

"Hoy hemos tomado un gran paso para dejar atrás la quiebra", dijo el presidente de la junta directiva, José Carrión. "Tres años después de que el Congreso aprobara PROMESA y a dos años del peor huracán en los últimos 100 años en la historia de Puerto Rico, después de más de una década de declive económico y desorden fiscal, y de que miles de puertorriqueños abandonaran la isla en busca de prosperidad, hemos alcanzado un punto de inflexión", agregó.

Puerto Rico acumuló una deuda de más de 70,000 millones de dólares tras décadas de mala administración, corrupción y endeudamiento excesivo para balancear presupuestos. En junio de 2015, el gobierno declaró que la deuda era impagable y en mayo de 2017, Puerto Rico presentó la declaración municipal de bancarrota más abultada en la historia de Estados Unidos.

Desde entonces se han logrado varios acuerdos con tenedores de bonos emitidos por agencias estatales puertorriqueñas. El plan más reciente concierne a bonos generales de deuda y otras obligaciones del gobierno. El plan aún debe ser aprobado por un juez federal que supervisa el proceso de bancarrota en momentos en que la isla todavía no se recupera por completo del huracán María.

La infraestructura de la isla sigue siendo frágil y la compañía de electricidad anunció el jueves interrupciones selectivas debido a la demanda excesiva y el endeble estado de la red eléctrica que dejó a decenas de miles de personas sin luz durante la noche.

Además, la crisis fiscal ha obstaculizado la capacidad de Puerto Rico de recuperarse de la tormenta categoría 4 que golpeó en septiembre de 2017 porque no puede tomar dinero prestado, ya que todavía no tiene acceso a mercados de capital, informaron las autoridades.

La junta se reunió el viernes para discutir los detalles del plan y afirmó que, si bien prevén que haya resistencia por parte de los acreedores, la reestructuración es necesaria.

La directora ejecutiva de la junta, Natalie Jaresko, declaró que la bancarrota de Puerto Rico es mayor que la que sufrió General Motors en 2009 y elogió el plan de reducir la deuda de la isla en un 60%.

“Son números enormes”, dijo. “Es un día muy importante para Puerto Rico”.

Sin embargo, Carrión reconoció que el plan por sí solo no solucionará todos los problemas económicos de Puerto Rico.

"No es una panacea... Nada puede ocurrir sin salir de la bancarrota", expresó.

De aprobarse, el plan de reestructuración reduciría los pagos de servicio de deuda a menos de 9%, comparado con casi 30% antes de que el Congreso aprobara el paquete de asistencia que llevó a la creación de la junta.

El plan también reestructura bonos de deuda generales y otros papeles emitidos en años anteriores por los gobiernos puertorriqueños. Los acreedores que poseen bonos emitidos después de 2011 sufrirán pérdidas, ya que esa deuda ha sido calificada de inconstitucional.

Además, el plan reduciría en un 8.5% las pensiones para los jubilados que reciban más de 1,200 dólares al mes, una medida a la que se ha resistido el gobierno puertorriqueño. El sistema público de pensiones de Puerto Rico tiene actualmente obligaciones de pagar 50,000 millones de dólares en prestaciones, pero no tiene los fondos correspondientes.

El gobernador anterior de Puerto Rico, quien renunció en agosto en medio de protestas masivas, se oponía enfáticamente a las reducciones de las pensiones. Sin embargo, la nueva gobernadora Wanda Vázquez dijo durante un discurso televisado el viernes que apoya el plan, en parte porque ayudará a garantizar la continuidad de los servicios del gobierno y advirtió que los jubilados tendrán más recortes de no aprobarse.

Vázquez dijo que está convencida que el plan es la mejor opción. “No podemos seguir atascados en la quiebra por muchos años más”, agregó.