A dos días de que se retomaran las clases en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el movimiento estudiantil arrancó un nuevo ciclo de protestas con un “plenazo” alrededor del campus invitando a la comunidad universitaria a unirse a la lucha contra los recortes presupuestarios a la institución educativa.

Luego de una huelga de 69 días, su portavoz Loderay Bracero que no cesarán las manifestaciones en el recinto y en la calle. Ante la prensa y acompañada de otras portavoces, exigió al gobierno que agilice la confirmación de los abogados Zoraida Buxó Santiago y Walter Alomar Jiménez a la Junta de Gobierno.

El 23 de mayo el gobernador Ricardo Rosselló los nominó al principal cuerpo rector de la UPR, pero el Senado continúa sin confirmarlos y lo último que supo este medio es que al menos uno de ellos esperaba entregar la totalidad de los documentos el lunes, pero no se ha obtenido respuesta sobre el estatus de los nombramientos y la sesión de hoy recesó hasta el miércoles 22 de junio.

Las estudiantes cuestionaron que, pese a que la Junta Universitaria (el segundo cuerpo de mayor jerarquía) ratificó los acuerdos, así como otros organismos e individuos, se tenga que esperar por al menos la confirmación de uno de los abogados para que haya cuórum en la junta y se puedan aprobar los ocho puntos que incluyen que no habrá aumentos en los costos de matrícula y cuotas, ni se tocarán las exenciones durante un año, así como garantizan que no se sancionará a quienes participaron de la huelga y otras manifestaciones.


Además, la UPR ya enfrenta un recorte de al menos $202 millones para el próximo año fiscal.

“Son muchos los profesores que siguen dando clases como si nada pasara”, dijo Bracero al llegar junto al grupo de estudiantes a la facultad de Ciencias Sociales.

En Ciencias Naturales, Mónica Flores, al hablar de la crisis en el País afirmó que “tenemos una responsabilidad con el conocimiento que producimos”. “Es fácil meternos a la biblioteca, a los laboratorios, sin pensar en lo que está pasando afuera”.

La mayoría de los estudiantes que se encontraban en los vestíbulos de los edificios simplemente miraban sin gesto alguno, otros se unían cantando las consignas y los menos se retiraban.

Quieren de vuelta el vagón

Gran parte de las consignas resaltaban la situación con el llamado “Comi-Comi”, un vagón que, durante la huelga y dentro del recinto, se comenzó a acondicionar para hacer un comedor universitario con platos a bajo costo o a cambio de trabajo.

Al abrir los portones, la administración universitaria solicitó su remoción y pidió a la compañía de Seguridad privada Bridge Security Services que ofreciera apoyo “para evitar incidentes”, de acuerdo a un comunicado de prensa.

Según las portavoces, allí se esposó a tres de sus compañeros y desaparecieron varias de sus pertenencias. La respuesta fue levantar una carpa, algunas mesas y reubicar el “Comi-Comi” en otro lugar. Hoy estuvieron frente a Plaza Universitaria.

Flores insistió en que las medidas de austeridad provocarán más hambre, más pobreza. “La UPR no está exenta de eso”, planteó Bracero, por lo que pidieron a la administración que se sienten a dialogar las posibilidades de viabilizar el proyecto. El comedor universitario no cuenta con los permisos de rigor para operar en el recinto.