Tras haberse reunido con la presidenta de la Comisión de lo Jurídico de la Cámara de Representantes, María Milagros Charbonier, el gobernador emitió unas declaraciones en las que reiteró que firmará “en los próximos días” una orden ejecutiva para prohibir las terapias de conversión o reorientación sexual.

“Como padre, como científico y como gobernador de todos los puertorriqueños, creo firmemente que la idea de que en nuestra sociedad hay personas que necesitan tratamiento debido a su identidad de género o por quien ellos aman no solo es absurda, sino que es perjudicial para tantos niños y jóvenes que merecen ser tratados con dignidad y respeto”, comentó el ejecutivo.

Añadió que “me esfuerzo por que Puerto Rico sea una sociedad en la que todos, sin importar a quién se ama, puedan ser aceptados y vivir sin temor a la persecución. Esto incluye a los más vulnerables de la sociedad, nuestros hijos, que deben ser apoyados y amados. La terapia de conversión de ninguna manera beneficia a nadie, solo causa dolor y sufrimiento inimaginables".

La información surgió poco después de que Charbonier le explicara al gobernador las razones por la que el caucus del Partido Nuevo Progresista (PNP) en la Cámara decidió no darle paso a la medida que buscaba prohibir las terapias de conversión en la Isla.

En esencia, la legisladora expuso que le detalló al ejecutivo los problemas de los que adolece la medida legislativa de la autoría de los senadores Zoé Laboy, Eduardo Bhatia, Juan Dalmau y Miguel Romero. Además, le reiteró que no se puede prohibir algo que no existe y no está ocurriendo.

Charbonier expuso que utilizó las ponencias que sometieron al Senado el Departamento de Justicia, la Administración de Servicios de Salud y Contra la Adicción, así como el Colegio de Médicos, entre otras, para establecer que la homosexualidad no es una enfermedad y que no hay ningún tratamiento para ello.

“Una terapia no puede ser recetada para una persona con cualquier orientación sexual, porque eso no es una enfermedad”, sentenció.

De paso, expuso que el proyecto del Senado 1000 carece de especificidad y no define claramente ni si quiera lo que son las terapias de conversión.  

 “Es que tu legislas con coherencia, con razonabilidad, con elementos que te hacen decir que tú vas a prohibir esto, porque esto está ocurriendo. Y si no hay manera de que ocurra, por qué lo vas a prohibir. Pues claro, si no hay manera de que ocurra, de que le den un tratamiento de esa naturaleza un profesional de la conducta, porque la enfermedad no existe, pues por qué tú vas a prohibir algo que no existe. Y entonces, en ese sentido, cuando traes la definición, es totalmente ambigua, porque si yo pudiera darle una correlación con algo que esté pasando y existiendo, pues tú sabes. Pero, cuando lo defines, lo que es una terapia de conversión, lo haces ambiguamente o arbitrariamente. Entonces, creo que este proyecto va dirigido a cuando un pastor ora por una persona que le pide que ore porque soy homosexual, y ahí está incluida lo que es práctica y ahí no se puede meter, porque ahí tenemos un asunto claro de libertad de expresión y libertades religiosas”, expresó Charbonier a Primera Hora.

Agregó que, “por otro lado, está la cuestión de la patria potestad. ¿Los padres tienen derecho a buscar consejo para sus hijos, consejo espiritual, consejo profesional? Claro que sí. Tú no se los puedes limitar. Ah, que la manera en que lo está haciendo le hace un daño emocional, vaya a la Ley 246. Todo lo que le pueda hacer un daño emocional a un menor está protegido por la Ley de Maltrato de Menores”.

La presidente de la Comisión de los Jurídico alegó que Rosselló Nevares supuestamente entendió la postura de los representantes para no darle paso a la medida.

“Al final del día, él (Rosselló Nevares) entendió la posición de nosotros a base de esto que le estamos diciendo”, alegó Charbonier.

La representante espera radicar el informe negativo del proyecto del Senado 1000 mañana, jueves. Dijo que si alguna persona va a su Comisión y le demuestra que estas terapias sí están ocurriendo en la Isla, podría analizar cambiar de postura o tomaría alguna medida.

“El que sea que vaya confidencialmente a mi oficina y yo voy a tomar cartas en el asunto”, sostuvo.

Por último, la legisladora rechazó las críticas que ha recibido en torno a que la decisión de no darle paso a la prohibición de las terapias de conversión estuvo basada en una consideración de índole religiosa.

“Yo te estoy dando razones científicas y legales. Yo nunca te he dado una razón religiosa. Pero, que quede claro. Lo que tenga que ver o impacte el derecho de patria potestad o impacte la libertad religiosa, yo me voy a oponer, porque ambos derechos están protegidos por la Constitución. Si eso me convierte en religiosa, proteger esos derechos, yo no puedo bregar con gente de esa mentalidad”, concluyó.