Un acuerdo alcanzado entre el gobierno, los grupos médicos primarios y los Centros 330 permitirá que los pacientes del plan de salud del gobierno, Medicare, Medicaid y las personas que no tienen plan de salud puedan acudir a cualquier grupo médico primario para atenderse sus condiciones de salud mientras se normalizan las condiciones en el País.

El convenio, que fue divulgado este miércoles por el presidente de los grupos de la Asociación de Práctica Independiente (IPA, por sus siglas en inglés) y coordinador de los Centros 330, el doctor José Joaquín Vargas, también les otorga una dispensa a estos médicos para entregarles los medicamentos a los pacientes.

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“(Con el acuerdo) los pacientes pueden ir a cualquier grupo primario, y no es necesario tener plan médico. Además, se les van a dar las medicinas. No debe haber problemas para que alguien reciba tratamiento”, explicó Vargas en entrevista telefónica a este medio.

Los pacientes sin plan médico estarían cobijados bajo el Programa de Asistencia de Prescripciones en Emergencias (EPAP, por sus siglas en inglés), que fue activado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos federal (HHS, por sus siglas en inglés). Según un portal del HHS, este programa "provee una manera eficiente para que las farmacias comunitarias procesen reclamos de medicamentos recetados, vacunas y equipo médico durable limitado, a los individuos que sean afectados en una zona de desastre declarada por el presidente de Estados Unidos y que no tengan ninguna forma de cobertura de seguro de salud".

El galeno agregó que la reunión de hoy es la segunda que se realiza con el secretario del Departamento de Salud, el doctor Rafael Rodríguez Mercado, y la directora de la Administración de Seguros de Salud, Ángela Ávila Marrero, “para levantar el sistema de salud primario y despejar las salas de emergencia”.

Según Vargas, los grupos que han ido a las reuniones representan a cerca de un millón de pacientes, y vienen de pueblos como San Juan, Mayagüez, Ponce, Caguas, Bayamón, Humacao y Fajardo, entre otros. La reforma de salud cubre a unos 1.6 millones de vidas, agregó.

Los IPA funcionan como oficinas médicas en los que atienden varios especialistas y -en algunos casos- cuentan con servicios de farmacia y laboratorio. Mientras, los Centros 330 son corporaciones sin fines de lucro que trabajan con fondos federales y proveen cuidados de salud primaria y preventiva.

En la primera reunión, que fue el miércoles pasado, se hizo un inventario de las necesidades de esos grupos médicos luego de la devastación causada en Puerto Rico por el paso del huracán María el pasado 20 de septiembre. Como el resto del país, se mencionó principalmente la falta de diésel y gasolina, además de material estéril.

Mientras, en la reunión de este miércoles también se llegó a un acuerdo con la Escuela de Medicina de Ponce para que estudiantes de esa institución ayuden en los centros de descompresión del Departamento de Salud y Servicios Humanos federal (HHS, por sus siglas en inglés). En esos centros se atienden pacientes que -aunque han sido dados de alta de los hospitales- aún necesitan algún tipo de terapia.

Asimismo, un grupo de estudiantes del Colegio San Ignacio de Loyola, de San Juan, donó unos sistemas de filtración, que pueden purificar hasta un millón de galones de agua.

El grupo se volverá a reunir el próximo miércoles a las 11:00 a.m. para darles seguimiento a estos acuerdos.

Una odisea

El médico primario compartió que muchos de los IPA y Centros 330 sufrieron daños considerables a raíz del paso de María, lo que dificultó que pudieran comenzar a operar de inmediato y poder reunirse con anterioridad. Asimismo, los problemas con el servicio de energía eléctrica y las fallas con las comunicaciones también se convirtieron en un escollo.

“Para muchos ha sido una odisea”, puntualizó.