Los tiempos de crisis que enfrentan los policías, principalmente por los recortes en los beneficios de retiro y las malas condiciones de trabajo, no han frenado las intenciones de los casi 300 aspirantes a convertirse en cadetes, aun cuando el gobierno está en proceso para la identificación de los fondos recurrentes necesarios para poder reclutarlos. 

Desde el 15 de agosto -fecha en la que el gobernador Ricardo Rosselló Nevares anunció de la creación del banco de talentos- hasta la semana pasada, se habían recibido 284 solicitudes, divididas entre 96 mujeres y 188 hombres, de acuerdo con las estadísticas suministras por el Negociado de la Policía.

Este reclutamiento a medias se da en el marco de unas 500 renuncias en el 2018, entre jubilaciones y los acogidos al Programa de Transición Voluntaria, con la expectativa de que en los próximos tres años unos 2,000 policías y oficiales que ya cumplen sus 30 años de servicio se retiren, lo que representaría una reducción de más de un 10%. 

Ya para marzo de este año, la plantilla contaba con 10,496 agentes, lo que representa una deficiencia de 1,183 oficiales, según el estudio realizado por la compañía Vision to Action (V2A) exigido por la Reforma Sostenible de la Policía.

“No sé cuál es la media, pero no todo el mundo va a pasar. Aquí hay pruebas psicológicas, pruebas de aptitud, polígrafos, dopaje; tienen que pasar una prueba escrita. No puede tener problemas contributivos, se le hace una investigación de campo. Hay unos procesos que el 100%, por lógica, no va a pasar”, detalló el comisionado de la Policía, Henry Escalera Rivera.

El adiestramiento y la formación de un cadete de la Policía tiene un costo aproximado de $13,900 sin contar el salario de $1,800 que devengan durante ese período de tiempo que estén en la Academia. Una vez se gradúan, su sueldo básico es de $2,200.

A ello se suma la inversión en sus equipos. El costo del arma de reglamento fluctúa de acuerdo con el precio del lote comprado, pero podría comenzar en los $350. De igual manera, el dispositivo de descarga eléctrica o “tazer” está valorado entre los $1,300 a $1,500; el batón expandible cuesta entre los $150 y $180; y el agente químico o gas OC (oleoresin capsium) es de $35. 

El chaleco antibalas, esencial para cumplir con sus labores, suma otros $869.

La respuesta de los aspirantes ha llenado las expectativas del comisionado, quien instó a otros interesados a continuar llenando el “banco de talentos” para el cual no existe un tope de solicitudes, ni tampoco conoce la cantidad de cadetes que serían reclutados. En el 2015 se graduó el último grupo de unos 300 policías.

En esta etapa, los solicitantes solo tienen que entregar la licencia de conducir con una copia adicional y la certificación de su grado universitario, con el documento original y copia, ya que el resto de los requisitos que son: tomar un examen, certificación de radicación de planillas de contribución sobre ingresos, de deudas con el Departamento de Hacienda, de la Administración para el Sustento de Menores Asume y del Centro de Recaudación de Ingresos Municipales. Estos documentos son válidos por seis meses y todavía no hay certeza de cuando iniciarán el proceso.

Los candidatos pueden tener tatuajes que no estén visibles o que se puedan cubrir con manga larga.

“Yo no tengo problemas de que puedan tener tatuajes, pero no puede tenerlos en la cara, en el cuello. Yo conozco gente que se los han borrado. Si usted tiene un tatuaje que le cubre hasta la muñeca y cumple con todo, no se ve y se cubre con manga larga, puede solicitar”, comentó al agregar que los exmilitares no tendrán privilegios en los trámites de ingreso.

“Es bien gratificante servirle al pueblo de Puerto Rico. Hay mucho sacrificio, pero compensa la satisfacción de haber servido al país”, expresó Escalera Rivera, quien a pesar de que tiene cinco hermanos en la policía municipal y estatal, en un principio no había considerado escoger esta profesión.

Según informó recientemente el representante Joel Franqui Atiles, quien presentó una propuesta de incentivos fiscales y económicos para promover el reclutamiento de policías, entre otros funcionarios públicos, la Uniformada contaba con 22,000 agentes y oficiales; y prácticamente opera con la mitad de sus efectivos.

FEMA no ha soltado los chavos 

Además, las reparaciones en las instalaciones de la Superintendencia Auxiliar en Educación y Adiestramiento, comúnmente conocida como la Academia de la Policía en Gurabo, que sufrieron daños estimados en $1.5 millones tras el paso del huracán María en septiembre del 2017, no estarían listas hasta principios del mes de diciembre, según lo confirmó Escalera Rivera.

El seguro de la Academia les desembolsó un pago de $750,000 para reparaciones en el comedor, los dormitorios y las oficinas del decanato, cuyo costo ronda los $300,000. Sin embargo, todavía no han recibido los fondos de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés).

“Falta la partida que tienen que asignar para terminar el comedor, el decanato para reparaciones en las verjas, techos, los dormitorios y para pintar toda la Academia”, indicó el comisionado.

Mejores beneficios en San Juan

El presidente del Frente Unido de Policías Organizados (FUPO), Diego Figueroa, reveló que tiene información verificada de que a principios del próximo año se planifica convocar a una academia de unas 450 personas luego de identificar el presupuesto conforme a lo estipulado por la Junta de Supervisión Fiscal, pero duda que la Uniformada logre esa cifra debido a que la oferta de trabajo de la Policía Municipal de San Juan es mejor. 

“Existe un problema con esa situación, que necesitan reclutar al menos a 200 personas más y el Municipio de San Juan ha expresado que va a reclutar unas 300 personas, lo que es un reto para la Policía conseguir personas con esta situación tan crítica que enfrentan los policías versus la Policía Municipal de San Juan, que solo trabaja en un solo lugar y los estatales en toda la Isla”, lamentó Figueroa.

Otra de las diferencias que enumeró es que, contrario a los policías estatales, los municipales recibirán el pago del Seguro Social cuando se retiren, tienen mejor equipo y las patrullas están en mejor condición, entre otros beneficios.

“Lamentablemente, eso va a crear un reto para la Policía como está. Si uno mira bien todos los derechos que han perdido los policías, hay que mirar con buenos ojos los beneficios del Municipio de San Juan versus la Policía”, sentenció Figueroa.