En el caucus del lunes, la senadora por el Partido Nuevo Progresista (PNP), Zoé Laboy, pidió infructuosamente a sus correligionarios de la mayoría en la Cámara de Representantes que llevaran a vistas públicas su Proyecto del Senado 1000 que prohíbe las terapias de conversión. 

“Esa fue mi petición durante toda mi presentación ayer (lunes) a los compañeros y compañeras. He escuchado que algunos han dicho que yo no contesté las preguntas y a mí me parece que las preguntas fueron contestadas, lo que pasa es que yo no sé si las contestaciones que yo di eran las que ellos querían escuchar”, aseveró Laboy.

Indicó que algunos representantes del PNP le requirieron estadísticas y les respondió: “no hay estadísticas, pero es por eso mismo, porque no se atiende este asunto y segundo, en la Legislatura, en los dos años y medio que yo llevo en esto, nunca se ha condicionado la evaluación de una medida a que haya estadísticas”.

“Mi petición a ellos y a ellas fue, yo no tengo las estadísticas, pero abran a vistas públicas para que escuchen de seres humanos, de hombres de mujeres que han pasado por eso, sus experiencias. Qué cosa puede tener mayor valor que escucharlo directamente de las víctimas que unos números”, expresó la senadora.

Laboy detalló que hizo una presentación al caucus con información sobre el impacto de las terapias de conversión y de que ésta práctica ha sido prohibida en 16 jurisdicciones de Estados Unidos, además, de que en otros 15 estados se ha presentado legislación para vedarla.

Aunque la Comisión de lo Jurídico rinda un informe negativo de la medida, Laboy no se quedará cruzada de brazos.

“No me voy a quedar sentada. Yo vi mucho sufrimiento desde que empecé a trabajar con este tema y voy a hacer lo que sea necesario para proteger a los menores”, aseguró.

Algunos están de acuerdo

Primera Hora entrevistó a varios representantes del PNP para conocer la razón por la que no le daban paso al proyecto.

Jorge Navarro y Juan Oscar Morales aceptaron que favorecen esas terapias. 

Los demás legisladores aludieron a fallas cometidas por Laboy para defender la propuesta. 

Navarro y Morales comentaron que considerarían llevar a sus hijos a estas terapias de reorientación sexual si hubiesen tenido que enfrentar un caso de homosexualismo. 

“Si yo tengo un hijo y me dice me gustan los nenes, pues uno lo lleva a los profesionales a ver si la conducta está bien”, dijo Navarro. 

Cuando se le indicó que las víctimas han expresado que estas terapias son un tipo de maltrato emocional, Navarro alegó que los ejemplos “hay que buscarlo bajo la tierra”, pues supuestamente no existían. 

Morales, por su parte, expresó que “si yo soy el papá, ese poder nadie me lo va a quitar. Si yo entiendo que mi hijo tiene que ir a una terapia, yo lo voy a llevar”. 

Tras varias preguntas sobre el efecto detrimental que las víctimas les achacan a estas terapias, el legislador alegó que aceptaría a un hijo homosexual. 

Sin embargo, se mantuvo firme en que no apoyaría prohibirlas. 

“Aquellos padres que quieran llevarlo, por qué tenemos que prohibir que lo lleven. Esa es una decisión del padre”, acotó. 

La presidenta de la comisión cameral de lo Jurídico, María Milagros Charbonier, dijo que “no estoy en contra de las terapias”, pero aludió a que no son necesarias prohibirlas porque hay varias leyes que protegen a los menores de edad.

Habló de la Ley 246 para la Seguridad, Bienestar y Protección de Menores, quien castiga cualquier tipo de daño emocional. 

“No veo que con este proyecto se resuelve nada”, sostuvo. 

Los representantes Gabriel Rodríguez Aguiló, José Aponte y Joel Franqui también se expresaron en contra de la medida para prohibir las terapias de conversión, pero aludieron a problemas que tuvo Laboy para defender su legislación o a que no les han demostrado que esas terapias existan en Puerto Rico. 

“No se trajo un estudio, no se trajo evidencia de que se hagan o no se hagan. No tenemos ningún tipo de información. Se pretendía legislar sin ningún tipo de información, óigame”, afirmó Rodríguez Aguiló, al indicar que hay temas más trascendentales que atender en la Legislatura. 

Aponte, por su parte, censuró que “no hubo claridad en la información que recibimos”. 

“Quien propulsa la medida, debe tener claridad en lo que propulsa y si no existe claridad, crea duda e inseguridad para la toma de decisión”, añadió el expresidente cameral. 

Por último, Franqui indicó que “yo estoy en contra de la medida en sí, porque no creo que esté ocurriendo en Puerto Rico”.

Populares en contra de las terapias

Entretanto, el presidente del Partido Popular Democrático (PPD), Aníbal José Torres, exhortó ayer a la mayoría penepé en la Cámara de Representantes a que aprueben el Proyecto del Senado 1000.

“La dignidad del ser humano es inviolable y estas terapias de terror lo que hacen es tratar de adoctrinar a las personas a ser y vivir una vida que no son. Exhorto a los representantes del PNP a que aprueben el proyecto y se unan a la lucha para evitar que se sigan violando derechos humanos. Debemos continuar dando pasos afirmativos hacia la equidad. Las preferencias sexuales no son una enfermedad, por lo tanto no hay por qué tratarla”, sentenció el también senador Torres.

Torres, añadió que el PPD reafirma su compromiso en prohibir las terapias de conversión.