Antes que finalice la temporada navideña, el Departamento de Salud debe haber vacunado contra el COVID-19 a sobre 227,000 niños entre los 5 y 11 años de edad, un esfuerzo que podría coger impulso a mediados de noviembre cuando el proceso de inoculación se traslade a las escuelas.

El ambicioso plan incluye haber completado en un periodo de ocho semanas la dosis de refuerzo a los residentes y empleados de más de 1,500 centros de cuido prolongado y égidas, y a sobre 20,000 encamados contabilizados que hay en el país.

Así lo explicó a Primera Hora la primera oficial médico de Salud, la doctora Iris Cardona, al detallar que en el caso de los pediátricos la vacuna utilizada será la de Pfizer, la cual se administrará en una dilución mucho más baja que la que se pone en adultos. Se supone que la primera entrega de las vacunas de los menores de edad llegue a la isla la primera semana de noviembre, fecha en que el panel de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) debe haber aprobado la administración de la vacuna en los niños de 5 a 11 años y las guías que regirán el proceso.

Para Puerto Rico, según explicó Cardona, se esperan recibir tres rondas de vacunas. La primera ola o “wave”, como lo han llamado las autoridades federales, será de 79,800 dosis que atenderá el 37% de la población pediátrica durante la semana inicial. De hecho, aclaró que un porciento de las dosis llegará directo a 300 farmacias (incluyendo las de cadena) y otras serán enviadas por Salud Federal a los Centros 330.

Nuestra meta es que antes que finalice la Navidad hayamos vacunado con la primera dosis a más de 220,000 niños y que antes que comiencen las clases en enero se haya completado la segunda dosis”, añadió.

Cardona determinó que se comenzó a orientar a más de 220 proveedores que de ordinario tiene experiencia vacunando a la población pediátrica, aunque en el esfuerzo se unirán hospitales, pediatras, farmacias, Centros 330 y Centros de Diagnóstico y Tratamiento (CDT).

Sin embargo, el mayor impulso en el proceso de inmunización se contempla llevar a las escuelas. Precisamente, ayer, personal del Departamento de Salud y del Departamento de Educación se reunieron para ir delineando cómo se llevaría a cabo el proceso, el cual incluye educación a los padres, madres y personal escolar.

“Horita tuvimos una reunión con Educación para explicarles bien y cuándo entrarían, de ser necesario, y cómo lo haríamos”, subrayó al indicar que, preliminarmente, se prevé la entrada a las escuelas después del 15 o 20 de noviembre. “También estamos buscando conversaciones con la asociación de escuelas privadas”, agregó.

La doctora Cardona resaltó que cualquier esfuerzo de vacunación que se lleve a cabo en esta población involucrará a pediatras y personal de enfermería con experiencia trabajando con niños.

“Queremos que este ejercicio de vacunar a los niños pequeños se parezca más a lo que hacen los pediatras y enfermeros, que ponen las demás vacunas que se aplican a esta población... lo que se haga extramuro lo haremos con grupos de pediatras y proveedores tradicionales que trabajan con estos grupos”, acotó al rechazar que para esta dinámica en particular se vaya a utilizar a la Guardia Nacional.

“Ya se está haciendo un mapeo para saber dónde están los niños y que los proveedores se vayan preparando... tenemos identificada a esta población, de esas edades, por cada región y municipio”, expresó al mencionar que, por ejemplo, en la región de Ponce hay más de 3,000, en la metro sobre 17,000 y en la de Bayamón unos 12,000.

Instó a los padres y madres a que tengan conversaciones francas con sus niños y les expliquen en qué consiste la dinámica de vacunación, que es posible que el pinchazo les duela y cuáles son los beneficios de estar inmunizados. También es idóneo que los adultos aclaren dudas con los pediatras.

“La mejor fuente de información para cualquier padre es aquella persona que tiene a cargo el cuidado de su hijo y en este caso es el pediatra”, puntualizó Cardona, quien es infectóloga pediátrica.

Al igual que en los adultos, la vacuna de Pfizer de los niños requiere dos dosis que deben ser aplicadas en un intervalo de 21 días. En el caso de los pacientes infantiles, las dosis pueden ser aplicadas intramuscular en los muslos o en el brazo.

Arranca el refuerzo en égidas y centros de cuido prolongado

De otra parte, la primera oficial médico de Salud destacó que simultáneamente la agencia tiene en perspectiva que “todavía hay más de dos millones de personas que necesitan recibir el refuerzo de la vacuna y, prácticamente, los tenemos en los grupos vulnerables de mayor edad”.

A esos fines en estos días arrancó el proceso de vacunar con el refuerzo de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson (J&J) a los residentes y empleados de centros de cuido prolongado, así como los que viven en hogares de vida independiente.

De igual forma, se empezaron a visitar casa por casa a los cerca de 20,000 encamados que hay alrededor de la isla.

“En el caso de los encamados, es un proceso más lento porque hay que visitar a las comunidades y establecer unas rutas, pero eso ya se está haciendo. Es importante aclarar que en este grupo no todos son mayores de edad, pues hay personas más jóvenes que tienen problemas para movilizarse”, determinó.

Cardona explicó que se estima que del grupo de encamados hay unos 5,000 que recibieron la dosis de J&J, la cual ha demostrado perder efectividad más rápido. Se tratará de avanzar con este grupo inicialmente.

“Ya empezamos esta logística y el grupo más grande lo tiene el Colegio de Médicos, donde ya se trazaron las rutas”, explicó.

De otra parte, hay más de 1,500 centros de cuido prolongado donde residen sobre 70,000 personas, el equivalente al 2.1% de la población puertorriqueña.

“Estamos dando prioridad a las poblaciones vulnerables, como ha sido nuestra estrategia desde el principio. Estamos enfocados en los pacientes de alto riesgo o que puedan enfrentar complicaciones severas de surgir un contagio por coronavirus. Mientras atendemos a esta población, continuamos los esfuerzos para alcanzar a las personas que aún no se han vacunado para aumentar la cobertura”, dijo por su parte en declaraciones escritas el secretario de Salud, Carlos Mellado.

De acuerdo a los datos de defunciones, dentro del grupo de edad de 60 años en adelante, han muerto 2,459 personas. Esto representa el 76% de las 3,227 muertes relacionadas al COVID-19 ocurridas en Puerto Rico hasta este miércoles.

Aunque en las primeras etapas de vacunación contra el COVID-19 en Puerto Rico -iniciado en diciembre de 2020- las farmacias de cadenas fueron seleccionadas por el gobierno federal para administrar las vacunas en los centros de cuido prolongado (a través del Federal Retail Pharmacy Program), ahora la gestión recaerá en el Colegio de Médicos de Puerto Rico, el Colegio de Enfermería Práctica de Puerto Rico, la Coalición Inmunización y Promoción de la Salud (VOCES), Avancina y Med Plus.

“Cuando llegue la Navidad esperamos que todo el mundo tenga su refuerzo. Esto incluye a los niños de 5 a 11 años, pero también a las personas que residen en estos centros de cuido prolongado”, acotó Cardona.