Comprometido con su misión de vivir la palabra de Dios a través de acciones que ayuden a nivel individual y comunitario, el pastor Héctor Delgado y su Fundación Azriel continúan regalando nuevas esperanzas a hombres, mujeres y familias puertorriqueñas en necesidad.

Los beneficiados más recientes fueron don Carmelo Quiñones, de 71 años, y su esposa Luz M. Cabrera, de 59 años, cuya residencia en el barrio La Gloria, en el pueblo de Trujillo Alto, sufrió daños severos a causa del devastador huracán María en septiembre de 2017 y todavía aguardaba por una reparación.

Afortunadamente, la familia Quiñones Cabrera ha retomado su tranquilidad y seguridad al ver la que ha sido su casa por 20 años completamente restaurada, gracias a los esfuerzos de la fundación y al ingeniero del proyecto, Rubén Ortiz.

Este fue uno de tantos casos que tocaron la fibra del pastor de la iglesia Maranatha, en Río Grande, debido a las múltiples condiciones de salud que padece don Carmelo, las cuales se agravaron a causa del estado infrahumano en que encontraron la estructura.

"Le queremos dar las gracias a Dios primero que nada por la bendición que nos da de ayudar a los más necesitados, también a la fundación Unidos por Puerto Rico, la oficina del senador Erick Correa y su equipo de trabajo quienes identificaron esta humilde familia y nos ayudaron a canalizar los diferentes recursos para juntos hacer este sueño realidad", expresó el ahora pastor en un parte de prensa. 

Con la entrega de esta residencia restaurada en el marco de la celebración del Día de Acción de Gracias, ya suman tres casas: en Arecibo, Río Grande y Trujillo Alto.