Universitarias, educadoras, artistas e integrantes del Campamento contra las cenizas de carbón en Peñuelas tomaron inicialmente los carriles que conducen hacia Ponce, a las 4:10 p.m., y provocaron el cúmulo de carros, algunos de los cuales se desviaron por la marginal para continuar su rumbo.

Portando una pancarta que leía “recuperando las calles sin miedo a ser hembras revoltosas” y carteles con mensajes alusivos a su reclamo de trato igualitario, la veintena de mujeres se movió luego a los carriles que llevan hacia Peñuelas. 

El conductor de un Toyota Yaris rojo casi atropella a tres manifestantes al intentar proseguir la marcha. Airado, se detuvo de un frenazo y tuvo que esperar –como decenas de otros conductores- a que culminara la manifestación, que duró seis minutos en total.

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La decisión de manifestarse en el By-Pass surgió horas antes en la librería El Candil, ubicada en el casco urbano ponceño, donde ocho mujeres de distintas edades, procedencias, intereses y ocupaciones conversaron sobre la opresión, el control social y la violencia institucional que enfrentan a diario. La pancarta principal del grupo fue el resultado de un proceso de reflexión que duró alrededor de dos horas.

“Acoso callejero”, “roles establecidos”, “educación limitada”, “represión”, “temor”, “hostigamiento” y “abuso de poder” fueron algunas de las palabras surgidas en una lluvia de ideas que dio paso a la selección de la consigna final. 

Pero el discurso no se quedó en la denuncia, sino que evolucionó hacia afirmar su determinación para vivir según su elección, no como otros esperan que lo haga. “Hastiadas”, “sin miedo”, “subversivas”, “poderosas” y “solidarias” se sumaron a la pizarra. 

Y entonces se pusieron manos a la obra sobre una tela blanca, proceso al que se les unieron otras dos mujeres y dos varones. 

“Mi mensaje en este día es que nos atrevamos a darnos parto a nosotras mismas, a concebirnos como queremos ser, no complaciendo a nadie”, señaló Elia Vega, profesora de sociología en el recinto de Ponce de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.

Susanne López, del Partido Comunista de Puerto Rico, agregó que “este es un día de lucha de clases en el que buscamos las reformas para mejorar nuestra situación de vida y laboral, pero sin perder de perspectiva que el objetivo final es la abolición del sistema capitalista y el género”.

“El trabajo de hoy es el mismo trabajo del ayer, de nosotras las mujeres tratando de visibilizar la opresión que recibimos a través de múltiples manifestaciones de violencia”, dijo Valeria Santiago Reyes, estudiante de psicología en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce.

Por su parte, Ketsia Ramos, estudiante de estudios hispánicos en la Católica, pidió no minimizar las manifestaciones machistas de la sociedad.

“No hay machismo leve ni pequeño. No hay micro machismos. Hay machismos invisibilizados y todos son macro, en mayúsculas”, expuso la universitaria al puntualizar la urgencia de combatirlo.

Mientras, Marlese Sifre, empleada del Municipio de Ponce y excandidata a representante, mencionó que su lucha es por justicia laboral.

“Soy parte de las mujeres que hemos sido oprimidas, maltratadas y empobrecidas por la reducción de jornada y otras prácticas del municipio, y estamos dando la lucha para que se nos respeten nuestros derechos y se nos haga justicia”, expuso.